José Antonio Potes Cáez, de 27 años, viajó 1,700 kilómetros, desde su domicilio en Riofrío, en Valle del Cauca, Colombia, hasta San Salvador, El Salvador, atraído por la propaganda gubernamental salvadoreña, amplificada por muchos creadores de contenido en redes sociales incluyendo colombianos, en busca de un mejor futuro para sí y su familia. Pero lo que encontró fue un infierno en lugar del paraíso.
José Antonio es uno de los más de 67,000 “terroristas” capturados, según el discurso de Nayib Bukele y varios de sus funcionarios, como el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro; el director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas; y el ministro de Defensa, René Francis Merino Monroy, para quienes todos los detenidos bajo el régimen de excepción son miembros de pandillas, a pesar de que varios miles de esos capturados ya han sido liberados, bajo medidas alternas a la prisión, luego de demostrar que no son pandilleros.
Capturado el 21 de enero con otro colombiano
Según informan diversos medios colombianos, que citan como fuentes a familiares del detenido, el colombiano fue arrestado el 21 de enero de este año, a menos de 24 horas de pisar suelo salvadoreño, por tener un tatuaje en el pecho, por lo cual lo acusan de pertenecer a la pandilla Dieciocho.
Sin embargo, según la madre del joven, Eliana Potes, el tatuaje que se hizo su hijo no es alusivo a ningún grupo criminal; simplemente es el nombre de su abuela, junto con la fecha de nacimiento y fallecimiento de ella.
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José Antonio decidió viajar a El Salvador deslumbrado por todas las cosas que se dicen de El Salvador en relación a la seguridad y a la economía; sin pensar que sería apresado de manera arbitraria, tan solo por tener tatuado el nombre de su abuela.
Eliana aseguró al sitio Noticias Uno, de Colombia, que su hijo decidió marcharse a El Salvador con la intención de venir a trabajar para ayudar económicamente a ella y a su pareja, Diana Marcela, con quien ha procreado un hijo.
Sin embargo, la buena intención de José Antonio fue frustrada por fuerzas policiales y militares salvadoreñas que por más de un año han detenido a más de 67,000 personas, entre las cuales se encuentran centenares que no tienen ninguna relación con pandillas, pero que el gobierno salvadoreño las etiqueta como “terroristas”.
La madre del joven colombiano asegura que no le permiten ver a su hijo, ni comunicarse con él, por lo cual solo sabe que está en una cárcel salvadoreña, sin saber cómo está su condición de salud ni poder abogar por su liberación.
De la detención de José Antonio se enteraron porque el procedimiento policial fue presenciado por otro colombiano que lo acompañaba, quien también está detenido, aunque de éste no se sabe la identidad..
“Está capturado porque pertenece a la Mara 18 de Colombia, ¿dónde hay aquí una Mara 18?”, dijo Claudia Marcela, pareja de José Antonio, a Noticias Uno.
Simpatizante de Bukele y de Petro
Por su parte, Karol Potes, hermana de José Antonio, dijo a la Revista Semana, de Colombia, que su hermano admiraba mucho a Bukele. “Nnos mostraba muchos videos diciendo que qué chévere que Colombia tuviera un presidente así, que se meta a todas partes con tal de coger a los malos”, expresó a dicho medio.
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Según Karol, citada por Semana, su hermano también era simpatizante del presidente colombiano Gustavo Petro.
“Decía que era bueno darle la oportunidad a Petro porque ya los uribistas habían mandado mucho acá en Colombia. Que era bueno a ver si de pronto llegaba alguien a hacer un cambio (...) Sí, él apoyaba a Petro”, expresó.
A principios de marzo anterior, los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de El Salvador, Nayib Bukele, protagonizaron un rifirrafe en redes sociales, cuando el primero de los mandatarios se refirió a las duras condiciones carcelarias y las comparó con campos de concentración donde estaban siendo confinados miles de jóvenes.
"Ustedes pueden ver en redes sociales las fotos terribles -no me puedo meter en asuntos de otros países- del campo de concentración de El Salvador. Lleno de jóvenes, miles y miles encarcelados, le da a uno escalofrío", dijo Petro durante un evento al que asistió en una universidad de Bogotá.
Para cuando Petro hizo el comentario, uno de sus conciudadanos llevaba aproximadamente tres meses de estar encarcelado.
"Los resultados pesan más que la retórica. Deseo que Colombia en realidad logre bajar los índices de homicidios, como lo hemos logrado los salvadoreños", escribió Bukele en sus redes sociales, a manera de respuesta a las opiniones de Petro.
Luego vino una especie de dimes y diretes entre ambos mandatarios en sus redes sociales que con el pasar de los días se fue silenciando.
De momento, José Antonio Potes Cáez sigue encarcelado, según su familia, injustamente, como lo están cientos de salvadoreños que han sido detenidos arbitrariamente tan solo por una llamada anónima o por una venganza de algún policía o militar, o por tener tatuajes, como el caso de este colombiano.