En 2023, José Ricardo Hernández Rivera era el único alumno de sexto grado en el aula integrada que funciona en la ermita Virgen de Lourdes, en el caserío Plan de Rancho, en Chalatenango.
Aunque en ese centro escolar improvisado sólo se atiende de kinder a sexto grado, su hermana comenta que le habían dicho que podía seguir estudiando séptimo grado ahí mismo, por lo que su madre realizó la matrícula a finales del año pasado.
Sin embargo, este año, cuando José se presentó, el maestro le informó que el Ministerio de Educación no había enviado los libros para séptimo grado y tampoco aparecía en el listado de matrícula.
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“Lo que dijeron cuando yo vine aquí, a traer el paquete (escolar), es que no aparecía matriculado, por eso ya no podía a estudiar aquí”, explicó el joven.
Por el momento, José ha decidido trabajar en la agricultura, lo único que sabe hacer, porque al no ser recibido en la ermita, la otra opción es ir a otro centro escolar que está a dos horas caminando.
Aunque en su familia tienen una moto, no podría contar con esta todos los días porque la utilizan para hacer otras actividades y por el gasto de gasolina que implicaría usarla a diario.
José estudió hasta quinto grado en esa escuela lejana y recuerda lo difícil que fue para él caminar bajo el sol y la lluvia por los caminos polvorientos y solitarios, por lo que no quiere volver a esa situación.
En 2022, cuando el Mined asignó una maestra para que impartiera clases, él se sintió motivado para estudiar hasta noveno grado, pues nadie en su familia ha estudiado más de tercer grado por la misma razón.
A veces ha soñado con ser maestro, pero por el momento su futuro educativo es incierto.
La única esperanza que tiene es que cuando el Mined termine la escuela en Plan del Rancho, haya hasta tercer ciclo en el aula integrada y él pueda continuar sus estudios.