Como profesional especializado en salud pública y epidemiología por décadas, incluida la dirección de Fosalud a inicios de siglo, y actualmente como médico de emergencias en el Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), el doctor Ricardo Lara conversó con El Diario de Hoy sobre las que, a su juicio, son las cinco principales amenazas que enfrenta el país en cuanto a salud pública, en el marco del próximo Gobierno 2024-2029.
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Para Lara, quien también ha sido docente e investigador universitario, este momento hacia las elecciones presidenciales del 4 de febrero de 2024 es oportuno, para que cada candidatura revise sus propuestas en el tema de salud, dentro de su oferta de gobierno.
“Seguimos en un sistema de salud con una oferta de servicios eminentemente de tipo curativo. Es necesario, para un futuro no muy lejano, un verdadero modelo de atención preventiva, en el cual no vamos a ver los frutos a corto plazo, pero sí nos puede llevar a cuál va a ser la situación de salud de la población salvadoreña en 2034, por poner un ejemplo”, inicia Lara.
¿Por qué ocupa el término amenazas a la salud, hacia los próximos cinco o diez años en el país?
Hay personas que confunden el término enfermedad y amenazas. Es importante mencionar que las amenazas que podemos visualizar en este momento, son las enfermedades que vamos a estar tratando en un futuro. He venido insistiendo que son cinco amenazas a las que se les tiene que poner una especial atención, para que se incluyan, especialmente en este momento, en el próximo plan de Gobierno para los siguientes cinco años. Todas tienen un factor en común, que son las acciones de carácter preventivo.
¿Cuál es la primera amenaza?
El tema del programa de vacunación nacional. Es un programa sumamente importante, que no es solamente garantizar que se tenga todo lo necesario para vacunar a la población de todas las enfermedades prevenibles por vacuna, sino que tenerlo en el momento oportuno, en el momento adecuado, y lo más importante, tener las coberturas útiles de vacunación para despreocuparnos de las enfermedades prevenibles por vacunación (sarampión, tosferina, poliomielitis, tétanos, etc.).
Cuéntenos por favor de la segunda amenaza.
Que debe haber una verdadera política de atención a la salud mental de la población salvadoreña. Lo hemos discutido en muchas ocasiones, más allá de la época de los terremotos de 2001. No es algo nuevo, es algo que ha ido posponiéndose, y hoy en día tenemos los resultados a ese descuido que históricamente ha existido.
La regulación del uso de medicamentos controlados es una necesidad.
Podemos ver algunas conductas de la población, de forma general, que no pueden pasar de manera aislada, como el tema de los suicidios, que está a la orden del día, que es el último de los eslabones en función del problema de salud mental que puede atravesar la población.
Más allá del motivo de consulta o uso de servicio de salud que la población hace y que termina con crisis de ansiedad como diagnóstico, depresión, etc.
Se da el uso de sustancias como el caso del alcohol, el cigarrillo, algunos no legales como la marihuana, que están siendo más consumidos hoy en día, y lo vemos en el comportamiento de la población.
El uso de estas sustancias trae terribles consecuencias en nuestra sociedad, como país.
Así es y por eso lo uno con la siguiente amenaza, que son los accidentes de tránsito.
En cualquier ciudad del mundo, una persona puede darse cuenta cómo es una sociedad en base a cómo es el sistema de transporte, cómo es que las personas se comportan en la movilización.
Hay tres tipos de personas: el conductor que tiene su vehículo, el conductor del sistema público y el peatón.
Los tres juntos no tienen una verdadera consciencia de responsabilidad de cuál tiene que ser su comportamiento a la hora de salir a la calle.
Este año, en forma particular, los accidentes de tránsito han estado mucho más elevados comparativamente con años anteriores.
Siempre pensamos en las sanciones a la persona que conduce, pero nunca pensamos en sanciones al transeúnte o a la persona que va caminando. Ellos también tienen su nivel de responsabilidad.
Estoy seguro: hipotéticamente voy a decirlo, pero me atrevería a decir que de cada 10 accidentes que hay en nuestro país, en siete están involucradas motocicletas.
El tema de las motocicletas es uno de los factores de riesgo más fuerte que está incidiendo con los accidentes de tránsito. Se tiene que regular de una manera verdaderamente objetiva, progresiva y permanente.
No solo por ciertos periodos, el tener el control con las personas que utilizan las motocicletas.
Después de la pandemia, hemos visto un franco incremento en los repartidores de alimentos de diversas empresas, y aquella premura con la que quieren ir a dejar el producto, violentando todo tipo de reglamentación vial. Los resultados son el incremento de los accidentes de tránsito.
¿Cuál es la siguiente amenaza a la salud en El Salvador que tiene en el radar?
Cómo se está viendo el control y manejo de las enfermedades crónico-degenerativas, que va en un franco incremento. No solo en El Salvador, sino posiblemente en todo Latinoamérica, nunca ha realizado un verdadero diagnóstico de incidencia y prevalencia de las enfermedades crónicas.
A las cuatro que pongo especial atención en El Salvador son la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la insuficiencia renal, la hipertensión arterial; que casi siempre está combinada con todas estas.
Si a estas cuatro se les apostara en cuanto a tener un verdadero programa de educación, promoción y prevención de la salud permanente, el poder no solamente dar el diagnóstico e iniciar un tratamiento, sino decir con evidencia, por ejemplo, con el caso de la diabetes, de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que eran enfermedades que se tenían consideradas para después de los 60 años, como hoy en día se están presentando antes de los 50. Se ha adelantado. Eso tiene mucho que ver con el estilo de vida, que nos conlleva a regular a nivel de escuelas qué se está haciendo; no es solamente una alimentación saludable, es más allá de eso, debe ser parte de la currícula estudiantil el ejercicio y por supuesto la salud mental. Es todo un conjunto.
Pasemos a la quinta amenaza que ha identificado, doctor.
En nuestro país sigue siendo un tema que no se menciona muy abiertamente, todo lo que está relacionado con la sexualidad.
Enfermedades de transmisión sexual en jóvenes, un VIH, embarazos no deseados en adolescentes, los programas de tipo preventivo, de planificación familiar, que debe ser más amplio.
Estamos ante una realidad de una generación que están de los 14 a 15 años en adelante que tienen muchísima información no formal, lo que ven a través de redes sociales, de youtubers, de cualquier plataforma digital.
Hay que verlo con la objetividad necesaria que como país tenemos que tener, y que más allá de querer satanizarlo con el tema de los tabús de carácter religioso, tendríamos que verlo como un problema real de salud pública.
No tengo el dato oficial de los últimos años de cuántos embarazos en menores de 18 años se están dando, pero sí recuerdo muy bien que por el año 2012 a 2014, de cada 100 embarazos, 84 eran en chicas menores de 18 años de edad.
Y para nosotros, los 18 años es una edad límite, donde se deja de ser niño y se convierte ya en una adolescente que toma decisiones.
¿Ha cambiado esta realidad? No sé, pero puedo señalar que es un punto rojo al que se le tiene que dar la debida atención.
Son amenazas y enfoques de recursos a tener en cuenta para quienes ganen las elecciones en 2024.
Toda esta gama de amenazas son las que están dando la pauta para el futuro de los modelos de atención que tendremos que tener en nuestro país, para atender las necesidades de salud de la población.
Lo doy desde un punto de vista evidentemente humanístico. También está si lo vemos desde lo económico, que es numérico, de costo-beneficio, de lo que representa de gasto en dinero al país, a la familia, tanto al gasto directo del Estado o indirecto que le cae a la persona con la enfermedad. Puede sonar duro verlo así, pero es la realidad a la que nos enfrentamos.
Más temas importantes hacia quinquenio 2024-29
EL SISTEMA 132 DEBE SER DESCENTRALIZADO
El doctor Lara pide apostarle a un modelo preventivo, pero también fortalecer las acciones curativas que funcionan, "como el programa 132 que se acaba de fortalecer con los helicópteros, que son necesarios, también el incremento de ambulancias; están preparados y capacitados para atender el siniestro, la enfermedad, el problema que se ha presentado".
En ese sentido, el especialista sugiere "un verdadero modelo de atención que le apueste a la prevención, y darle continuidad a programas que han demostrado su efectividad, como el 132. Es necesario también evaluar en qué otras zonas se necesita sedes del 132, no puede quedar solo centralizado, como el caso de (ampliar a) San Miguel, Santa Ana y algún otro punto intermedio del territorio nacional".
CONSTRUIR UN HOSPITAL PEDIÁTRICO EN SAN MIGUEL
Lara considera que es "una deuda histórica" que el gobierno construya "un hospital pediátrico para el departamento de San Miguel, que cubra toda la zona oriental del país. Para que en lo menos de lo posible se dependa de tener que venir al Hospital Bloom".
El salubrista señaló que "es fácil que las autoridades puedan visualizar la cantidad de personas que vienen del oriente del país, por años y años, al Bloom", lo que justifica la urgencia de construir un centro médico para niños, niñas y adolescentes en San Miguel.
RETOMAR LA LEY DEL CÁNCER
El especialista oncólogo Raúl Lara (QEPD) fue uno de los principales impulsores de la Ley del de Prevención, Control y Atención de Pacientes con Cáncer, que fue aprobada por la Asamblea Legislativa en 2021 pero después, tras ser observada por el presidente Bukele, quedó en el limbo y ha quedado engavetada.
El doctor Ricardo Lara planteó como reto a la nueva Asamblea Legislativa retomar esta ley, ya que "uno de los grandes problemas que están ahí siempre es el manejo para pacientes que se les diagnosticara cáncer. Es uno de los grandes problemas en todos los países con características similares al nuestro, no solo en función de dar el diagnóstico, sino en iniciar el tratamiento oportuno, y buscar las causas que llevan a estos cánceres", que acaban con la vida de uno de cada cinco salvadoreños en el país en los últimos años, de acuerdo con palabras del Dr. Raúl Lara en 2021.