“Solo abracen a sus mamás que van de nuevo para el penal” fueron las palabras de un custodio al dejar salir por unos minutos a seis de 11 detenidos por el régimen de excepción. Según comentan las mujeres que se encuentran casi todos los días a las afueras de las bartolinas de San Salvador, mejor conocido como “El Penalito”, esta práctica lleva alrededor de tres a cuatro noches.
El Movimiento de Víctimas del Régimen (MOVIR) informó en la red social Twitter que el día 5 de diciembre saldrían libres 24 personas tras no encontrarles ningún delito; un día después dieron el aviso que esas mismas personas fueron recapturadas. Información que confirmaron las mujeres que se mantienen día y noche afuera de El Penalito. “Nosotras estábamos esperándolos, pero al final se los llevaron para la Procuraduría de los Derechos Humanos y los volvieron a meter” comentó.
Muchas de las mujeres que se encuentran en el lugar temen mostrar su rostro y menos decir su nombre por miedo a represalias, no contra ellas, sino por sus familiares que se encuentran a la merced de los custodios de los distintos penales. “Estamos amenazadas, si alguna habla o sale en los medios, nos dicen que nuestro familiar va a pagar las consecuencias. Mejor evitar” comentan.
Por esta misma razón, al ver que sus hijos fueron liberados por unos minutos para abrazarlas y luego ser llevados de nuevo con un futuro incierto, no protestan, deciden solamente llorar y pedir a Dios por justicia.
Una de las mujeres presentes, madre de tres, tiene a uno de sus hijos detenido desde hace siete meses, por lo que ella comenta sarcásticamente: “en dos horas se lo vamos a traer madre, no se preocupe” dice, recordando las palabras del agente de la PNC que lo capturo. Desde entonces no tiene mayor información, solo sabe que se encuentra en el penal La Esperanza, conocido como “Mariona”.
Liberaciones
Luego de recibir una carta de liberación, los reos pasan alrededor de uno a dos meses más detenidos en los distintos penales del país. Luego de eso son llevados en su mayoría a El Penalito, donde son entregados a sus familiares luego de no encontrarles ningún delito en su expediente ni nada que los relacione con grupos delictivos.
Las personas frente a las bartolinas, en su mayoría mujeres, se emocionan al ver llegar microbuses llenos de hombres vestidos de blanco, aunque no sea su familiar en que se encuentra en el grupo de personas, se alegran porque se llenan de esperanza que la siguiente noche puede que liberen a los hijos, hermanos o padres de las demás mujeres presentes.
La noche del siete de diciembre fueron liberados 25 personas, 11 del penal de Mariona y 14 del penal ex cárcel de mujeres. Muchos de los reos no tenían familiares presentes en el lugar, ya que se les notifica hasta altas horas y no logran llegar a tiempo, por lo que otras personas altruistas deciden dar su nombre para que la persona quede libre, luego les ofrecen ropa, comida y buscan la manera de contactar con algún familiar o buscan algún medio de transporte. “Siento como que es mi hijo” dice una mujer al recibir al reo liberado.
Un hombre, de alrededor de 60 años, comenta que llego desde La Unión con esperanza de que su hijo saliera libre, quien fue detenido hace siete meses. Según comenta, él prefiere quedarse varios días enfrente de El Penalito para evitar contratiempos y largos viajes, pero se siente preocupado porque no tiene ningún tipo de información sobre su familiar detenido y esa noche no llevaron a su familiar a El Penalito. “A saber cuándo voy a ver a mi hijito, tal vez ya muertos nos encontramos” comentó.