El Salvador inició el 2 de mayo su censo nacional de población y vivienda, luego de 17 años sin actualizarse; este año se realizará por completo en modalidad digital, según el Banco Central de Reserva.
“Por medio de el tendremos datos exactos sobre cuántos residimos en El Salvador, cómo nos distribuimos y cómo vivimos”, indicó el presidente del BCR, Douglas Rodríguez.
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Entre los datos que recogerá el censo son cuántos viven en casa, con cuántos cuartos cuentan, materiales de construcción de su vivienda, si un familiar ha fallecido en los últimos meses, si hay embarazadas en casa, entre otros.
Debido a que el censo será digital, los censistas registrarán la información en celulares con tecnología de geolocalización, por lo que no portarán mapas en papel o papeletas. El censo toma como base la actualización cartográfica de 2023, con la que se obtuvo un diseño digital del país y de su infraestructura.
“Con este censo, buscamos llevar a cabo el desarrollo económico y social a todos los salvadoreños”, señaló el BCR a través de sus redes sociales.
Según la institución, para seguridad de la población, reconocer a un censista del BCR será fácil, pues vestirán con logros del BCR y del gobierno; pero para mayor seguridad podrán verificar su código de identificación, o escanear el código QR que llevarán en sus carnets: “Además, toda la información que la población comparta es confidencial y está protegida por la ley”, advierten.
Serán más de 10,000 censistas los que recorrerán el territorio para cumplir con el censo.
Investigador recomienda enfoque educativo y financiero
El educador e investigador social, Oscar Picardo, Joao, señaló la importancia de los censos para las poblaciones, debido a que todos esos datos van a permitir tener un buen mapa actualizado del cómo está la situación del salvadoreño y salvadoreña, cuáles son sus necesidades, y cuáles son sus carencias.
“Eso es fundamental para el diseño de políticas públicas”, reconoció Picardo.
Según el académico, el censo tiene la cualidad de contar con dos grandes componentes; uno el demográfico, enfocado en conocer a la gente: cuántos somos, de qué sexo, qué nivel de estuidios tenemos, y todas las características típicas de la demografía.
Y el otro componente tiene que ver con la dimensión habitacional: qué tipo de casa, de qué material, qué condiciones, qué servicios tiene y de forma intermedio entre la dimensión humana y la habitacional aparecen otros aspectos que se necesitan saber, por ejemplo que si tiene trabajo en qué se va al trabajo: si tiene vehículo.
La apuesta
Picardo Señaló que como investigador, él se centraría en el censo nacional un poco más en el apartado de educación: “Solo preguntar el nivel de estudios te da un parámetro, preguntar adónde estudió”, dijo en su entrevista radial de este jueves.
“Por ejemplo, en nuestro medio estadísticamente hay mucha gente que abandona la educación, conocer las razones reales del abandono sería valioso. ‘Desertó por condiciones económicas, desertó por problemas internos, por calidad de docencia, por inseguridad’”, amplía.
Otra cosa vinculante es que se gradúa mucha gente de la universidad y poca de educación media, y menos de la mitad van a la universidad: “Por qué no van a la universidad, ¿qué visión tienen del sector universitario?, eso también sería valioso”, reconoció.
En lo económico, lo principal es sobre el nivel de ingresos y gastos, consideró; y así conocer un poco el mapa de gastos que tiene la gente o las prioridades que tiene la gente.
“Por ejemplo, si tu prioridad es tener el mejor carro posible con lo que ganas, sacrificando un poco la calidad de estudios de tus hijos, pero no en uno mejor en lo que me gasto en el carro o en función de viajar en vacaciones. Entonces conocer esas prioridades sería sumamente interesante”, consideró.
Adicionalmente, Picardo llamó a la población a contestar todo con la verdad y advierte que van a invertir un poco de tiempo por algo que es valioso.