Carlos Ponce, con un PhD (Doctorado) en criminología, no duda de la evolución de las pandillas en El Salvador, ni mucho menos de su transformación y acuerdos con gobernantes para seguir delinquiendo y subsistiendo. En entrevista con El Diario de Hoy, Ponce ve con preocupación lo que él llama “conspiración” del gobierno de Bukele con las pandillas y cárteles de droga en México para capturar y traer en secreto al “Crook”, un cabecilla de la MS-13 puesto en libertad por las mismas autoridades.
¿Qué apreciación tienes de investigaciones periodísticas que revelan que el Gobierno negoció pagar un millón de dólares al cartel de Jalisco y la pandilla 18 para capturar al Crook y traerlo a El Salvador?
Conspirar con pandillas y cárteles de droga para raptar a una persona (el Crook) en otro país tiene implicaciones legales y diplomáticas serias. Al gobierno no le importó ordenar la comisión de un delito en otro país, siempre y cuando esto tuviese una utilidad política electoral. No le importó cometer un delito para regresar en secreto al Crook a El Salvador y así restarle credibilidad a las investigaciones periodísticas que revelaron que éste fue liberado ilegalmente por las autoridades y evitar que fuese capturado y deportado a Estados Unidos.
Pero eso es grave…
Si el gobierno está dispuesto a instrumentalizar sus cuerpos de seguridad para la comisión de delitos en otros países en favor de sus intereses políticos, probablemente no hay límites para lo que estén dispuestos a hacer dentro de El Salvador. Esto es algo que debe preocupar a todos los salvadoreños.
¿Qué seguimiento has dado a la situación de las pandillas en El Salvador?
Parece haber un consenso entre los analistas que monitorean el tema de seguridad en El Salvador. En su totalidad coinciden en que el país registra un cambio en la dinámica criminal a partir del quiebre que experimentó la negociación entablada entre el actual gobierno y los principales cabecillas pandilleros.
Las autoridades aprovecharon el asesinato de más de 80 personas, ordenado por las pandillas en esta coyuntura, como estrategia de presión para crear las condiciones que permitieran la aprobación de un estado de excepción mantenido hasta ahora por más de un año.
¿Qué rol tendría la pandilla en las elecciones?
Mantener la percepción de que las pandillas han sido derrotadas es un factor central en la reelección (inconstitucional) del presidente.
¿La pandilla estará quieta por estar a favor del régimen?
Es importante aclarar que esto no significa que el oficialismo no vuelva a utilizar a las pandillas en el futuro. Existen muchas interrogantes sobre exactamente qué transformación han experimentado las pandillas a raíz del régimen de excepción. Independientemente de cuál exactamente sea su adaptación, difícilmente dejarán de existir.
La reciente investigación periodística de El Faro, por ejemplo, revela que el gobierno, arrepentido de haber liberado ilegalmente a un cabecilla de la pandilla MS-13, decidió negociar con otro pandillero para contratar al Barrio 18 y al Cartel Jalisco Nueva Generación para que lo secuestraran en México y lo regresaran a El Salvador. Esto ocurrió después que el gobierno, supuestamente, terminara su negociación con las pandillas y lanzara el régimen de excepción.
Podría interesarle: Estados Unidos confirma la captura de "Crook", cabecilla de la MS liberado en El Salvador
El oficialismo estará dispuesto a negociar con grupos criminales si esto se alinea con sus intereses, aunque vaya en detrimento de los intereses del país y los salvadoreños. Los desgarradores testimonios de personas inocentes capturadas bajo el régimen de excepción en El Salvador y liberadas en los tribunales por falta de pruebas en su contra sugieren que los pandilleros ejercen un nivel de autoridad en los presidios, controlan recursos y, en algunos casos, lo hacen en contubernio con custodios.
¿Autoritarismo más grupos criminales?
En regímenes autoritarios no es extraño que los actores estatales forjen alianzas con grupos criminales para mantenerse en el poder. La literatura sobre el tema explica que el Estado forja acuerdos con actores criminales para atacar disidentes, ejercer control social y hasta desarrollar actividades ilícitas evitando así cualquier tipo de responsabilidad en su ejecución. Estas circunstancias crearían un incentivo para que el Estado agudice sus ataques contra críticos y el nivel de control social que ejerce.
TAMBIÉN: Douglas Farah: “El Crook puede hacer mucho daño a Bukele y sus aliados”
¿Los cabecillas de alto nivel son protegidos?
También se ha observado que los principales cabecillas no han sido exhibidos por el gobierno y hasta existen investigaciones en otros países que establecen que algunos jefes pandilleros fueron liberados ilegalmente de cárceles salvadoreñas y trasladados a otros países.
Académicos y expertos reiteradamente han señalado la alta competencia y capacidad demostrada por los cabecillas pandilleros en El Salvador para dirigir, organizar y administrar sus estructuras criminales.