En octubre de 2019, un agente policial fue sentenciado a pasar nueve años en prisión por los delitos de tráfico de objetos prohibidos en centros penitenciarios y posesión y tenencia de drogas con fines de tráfico, en perjuicio de la administración pública y la salud pública.
El agente policial recibió esa sentencia de parte del Juzgado Primero de Sentencia de Santa Ana, según informó la Fiscalía General de la República (FGR) en un boletín del 30 de octubre de 2019.
Sin embargo, tecnicismos jurídicos permitieron al agente apelar la sentencia y, mientras se dirimía su apelación, fue puesto en libertad; para tenerlo bajo control, le pusieron un brazalete.
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Y con esa medida, José Mauricio Campos Gálvez recuperó su libertad… y su trabajo como miembro de la Policía Nacional Civil (PNC). Así, pues, un imputado de delitos graves, con una condena de nueve años de prisión, siguió ejerciendo como agente auxiliar del sistema de justicia.
Sin embargo, el miércoles por la tarde fue capturado nuevamente, luego de que la Cámara de lo Penal de Occidente, con sede en Santa Ana, fallara en contra del agente Campos Gálvez. Tras el fallo, el mismo juzgado que lo condenó, ordenó nuevamente su detención.
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Campos Gálvez fue detenido el pasado miércoles, a las 5:00 p.m., en el centro de Santa Ana, por el mercado Colón, mientras estaba de servicio en la Sección de Servicios Extraordinarios del 911, de la subdelegación de Santa Ana.
“... dicho Agente se encontraba con libertad condicionada baja la medida de dispositivo electrónico (brazalete), por el delito antes mencionado, ya que había sido detenido anteriormente y fue revocada la medida de la condena de 6 años de prisión por la Cámara de lo Penal de occidente Santa Ana con privación de libertad”, reza parte de de un informe al que se tuvo acceso.
De acuerdo con la Fiscalía, los delitos cometidos por Campos Gálvez y por los cuales fue condenado a nueve años de prisión a finales de octubre de 2019, fueron cometidos el 20 de octubre de 2017, cuando el agente policial recibía su turno como encargado de las bartolinas de la subdelegación de la PNC de Santa Ana.
“... y al realizarle una requisa personal en el interior de una mochila (le encontraron) once baterías para teléfono celular, dos cajetillas de cigarro, una porción de droga mariguana, un encendedor y la cantidad de US$360.00 el cual manifiesta que se los entregó unas colaboradoras de la pandilla 18”.