Geovany cumplió su sueño de ir a trabajar a Estados Unidos, el año pasado, cuando fue seleccionado como parte de un grupo de trabajadores para viajar a Alaska, por medio de un programa de visas de trabajo que brinda el gobierno de Estados Unidos.
Sus familiares relatan que Geovany Enrique Ramírez Ramírez salió para la fría zona del extremo noroeste de América el 18 de junio del año pasado, donde trabajó en una empresa procesadora de salmón, en la ciudad de Anchorage, estado de Alaska.
El 10 de agosto, después de tres meses, volvió a su lugar de origen el cantón El Carmen, del municipio de Cuscatlán, una zona rural empobrecida donde lo que menos hay es una fuente de empleo.
El joven de 22 años regresó con la esperanza de volver a viajar al país del Norte, sin embargo, el día que lo llamaron para regresar no pudo recibir la llamada, días antes la Policía Nacional Civil (PNC) lo había capturado dentro del régimen de excepción.
La familia de Geovany explicó que tres policías llegaron a la vivienda el pasado 28 de febrero y preguntaron por una persona que ellos no conocen, luego le pidieron el DUI al joven, después de revisarlo le dijeron que se lo iban a llevar detenido. "Los policías se lo llevaron sin una orden de captura", relataron.
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La esposa del capturado está embarazada, y tras el impacto por la detención de su compañero fue diagnosticada como embarazo de alto riesgo. “La doctora me explicó que debo tranquilizarme porque estoy muy mal de los nervios y mi bebé corre peligro”, dijo.
Según consta en un diploma que tiene la familia, Geovany se graduó de Técnico en Gestión y desarrollo Turístico de la Universidad católica de El Salvador, que funciona en el Centro Regional Ilobasco Megatec.
La carrera la había estudiado con el apoyo de una beca, debido a que siempre fue aplicado en sus estudios. “Nunca había tenido amistades malas, nunca había tenido problemas con nadie, iba a la iglesia, yo lo conozco desde los 14 años”, expresó su esposa.
El joven ha sido acusado por las autoridades por el delito de asociaciones ilícitas, pero su familia niega rotundamente esa acusación y sospechan que Geovany es víctima de personas mal intencionadas que le guardan envidia porque se estaba superando tras obtener su visa de trabajo temporal.
Giovany era feliz mientras estuvo en Alaska, les dijo a sus familiares que se había acostumbrado al frío y que le gustaba mucho la comida porque era buffet y podía comer lo que él quisiera, además, decía se sentía motivado porque había mucho trabajo, lo que le permitía hacer horas extras y ganar más dinero.
Al regresar el dinero le sirvió para cumplir dos sueños más, el primero casarse con su novia, a quien conocía desde cuando estaban en séptimo grado; el segundo, comprarse un carro.
La familia pide a las autoridades correspondientes que investiguen lo antes posible, para que Geovany pueda recuperar su libertad y poder atender el llamado de volver a Estados Unidos, donde la empresa procesadora de salmón lo espera para una segunda temporada de trabajo, debido a su buen desempeño laboral.