La familia de Rafael López Castellón, de 53 años, quien estaba recluido en el Centro Penal La Esperanza, conocido como Mariona, se enteró de su muerte, al pedir una solvencia de antecedentes penales.
El pasado lunes ocho de agosto fueron a realizar el trámite, a pedido del abogado público que lo defendía, pero en el sistema policial aparecía como fallecido.
López Castellón, quien era originario de Jucuapa, en Usulutan, trabajaba en un molino, con el cual generaba ingresos para su familia. “Era un buen hombre, él aquí vivía y tenía su molino, estaba bien enfermo, solo se mantenía de su molino”, dijo Edith Torres, una vecina.
Según el reporte del Instituto de Medicina Legal, el reo falleció el primero de junio en el hospital Zacamil, de San Salvador, por un problema de circulación.
Sus restos fueron enterrados 20 días después, sin avisarle a su familia, en una fosa común del cementerio La Bermeja, en la Capital.
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Familiares y vecinos lamentaron lo sucedido y consideran que la captura de López Castellón fue injusta. “Desde el momento que se lo llevaron y le dijeron que estaba enfermo, no hubieran hecho esa injusticia con él porque para nosotros él fue un buen hombre”, añadió la fuente.
En el cantón Loma Santa Cruz, de Jucuapa, lugar donde residía, López era reconocido por su molino y apreciado por la comunidad. “Con nosotros nunca tuvo problemas, ni con nadie, lo conozco de los 18 años que me vine acompañar aquí”, relató Torres.
Germán Lopéz, hermano del fallecido, relató que el pasado ocho de abril al menos cuatro policías llegaron hasta su vivienda y se llevaron a Rafael. En un primer momento, le dijeron que lo llevarían capturado por investigaciones sin imaginar que no lo volvería a ver.
“Dijeron que se lo llevarían provisionalmente, que ya iba a salir, pero todavía le dijimos que él estaba en un tratamiento del corazón, que no estaba bien de salud”, agregó.
En un primer momento fue recluido en la subdelegación policial de Jucuapa y de ahí lo llevaron a Usulután. Luego, sin mayor información, fue trasladado al penal de Mariona.
“Dicen que les hacían audiencias virtuales, pero al final, nosotros estamos sabidos que mi hermana le andaba sacando los antecedentes, hace como cinco días, y le dijeron que él ya había fallecido el ocho de junio”, indicó.
Los hermanos de López se enteraron casi un mes después que había muerto. Las autoridades nunca les avisaron de su deceso.