Teo Carrillo, pionera salvadoreña en reconstrucción de areolas

Teo Carrillo cuenta con 10 años de respaldo en la escena del maquillaje y la belleza en El Salvador. Su habilidad con las brochas la ha convertido en un referente para las mujeres salvadoreñas. En el último año, su carrera ha tomado un nuevo rumbo y ahora comparte su inspiradora historia de cómo se involucró en esta labor.

Teo cuenta cómo el proceso de reconstrucción de areolas se revela como un arte minucioso y personalizado. En él se exploran detalles como la elección de pigmentos que se ajusten al tono de piel y cabello de cada paciente, así como la importancia de la empatía y la confianza en el proceso. Teo está convencida que su labor va más allá de la reconstrucción física y se convierte en un regalo mutuo de amor y esperanza.

La reconstrucción de areolas ayuda a iluminar el camino de esperanza y empoderamiento que esta profesional de la belleza está creando para las sobrevivientes de cáncer de mama en El Salvador.

¿Cómo te involucraste en la reconstrucción de areolas?

Hace un año tuve la oportunidad de maquillar para un evento de recaudación para beneficio de pacientes de cáncer de mama, ahí tuve la oportunidad de conversar con algunas mujeres que lucharon contra esta enfermedad y superaron todas sus pruebas. A raíz de eso, comienzo a hacer algunas investigaciones en el rubro de la belleza para poder aportar un poco a devolver la autoestima a estas mujeres que tanto lo necesitan. La vida me llevó a conocer a Clareana Hartmann, la creadora de la técnica Phiareola de reconstrucción de areola y tuve la oportunidad de recibir formación directamente con ella.

¿Cuál es el proceso de reconstrucción de areola mediante esta técnica?

Para realizar una reconstrucción de areola primero hay que evaluar a la paciente para saber cuál es su condición y definir lo que vamos a hacer. No todos los casos son iguales, cada cuerpo es diferente y hay distintos tipos de cicatrización. El siguiente paso es determinar qué es lo que la sobreviviente de cáncer quiere, cómo quiere su aspecto o cómo lo tenía antes de ser operada. Después se elige el pigmento con base a su tono de piel, a su tono de cabello, para que todo tenga concordancia con su cuerpo, con su anatomía y que las areolas queden exactamente como la paciente lo requiere.

¿Existe alguna consideración especial para trabajar con sobrevivientes de cáncer de mama?

La paciente debe tener un año de haberse hecho la primera operación de cáncer de mama y la segunda condición importante que debemos tener en cuenta es que, si la paciente aplica un implante, tenemos que esperar aproximadamente 5 a 6 meses. Para llegar a que yo le haga el proceso de la reconstrucción de areola puede pasar aproximadamente un año y medio.

¿Cómo personalizas el diseño de las areolas para cada paciente?

La reconstrucción de areola que practico es interesante porque tiene un efecto 3D. Primero, comparamos tamaños, hacemos un dibujo para ver si la paciente se siente cómoda y después elegimos tres o cuatro tonos de pigmentos que son siempre necesarios para la reconstrucción de areola y así lograr el efecto tridimensional. Todo el proceso se trabaja con tres diferentes tipos de aguja. Existen unas plantillas y las uso para mostrar a las pacientes los diferentes efectos, siguiendo la naturaleza de areolas que ya existen, pues hay muchas y todas de distintos colores, formas, estructuras, degradaciones de color. Toda la parte estética se decide con la paciente.

Estoy seguro de que los lectores se preguntarán qué tipo de pigmentos utilizas en estos procedimientos

Los pigmentos que utilizo han sido desarrollados por la misma academia en donde estudié esta técnica y están diseñados específicamente para este tipo de tratamiento. Hay 9 tonos de pigmentos, específicamente diseñados para esta zona del cuerpo.

Luego de tu intervención, ¿cuánto tiempo suele durar el proceso de cicatrización de la piel?

El proceso de reconstrucción de la areola dura aproximadamente dos meses. En el primer mes, el pigmento migra a la piel. Después de ese mes yo hago un retoque para reforzar el efecto sobre algunas cicatrices, para ver adónde pigmentó mejor y adónde hace falta retocar el color.

Durante ese tiempo, ¿cuántas citas hay para discutir las expectativas en cuanto a diseño y sesiones de trabajo?

Solamente tenemos una cita, que es la cita de evaluación. Aquí platicamos, medimos, dibujamos. En este punto pregunto ciertos detalles, como si están recibiendo alguna radioterapia o algún tratamiento adicional después de haber superado el cáncer de mama. Consulto si existen diferentes tipos de tratamientos o radioterapia que les harán de manera posterior y luego esperamos seis meses. Es un poco platicar con la paciente y entender su caso específicamente, pero por lo general solo hay una visita donde evaluamos el diseño y la siguiente visita, pues ya es para realizar la reconstrucción a través de pigmentación.

¿Cómo te aseguras de que tus pacientes se sientan cómodas y confiadas durante este proceso?

La empatía que puedo tener con cada caso es importante. Poder sentirme identificada con ellas y así transmitirles seguridad. Este es un cáncer que afecta tanto la feminidad, siempre trato de transmitirles que juntas vamos a superar esto, que yo estoy aquí para apoyarlas, que mi misión es hacer que ella se sienta mejor. Todas las mujeres que atraviesan por esta enfermedad, para mí, son guerreras. Son sobrevivientes de una enfermedad muy dura, pero yo estoy aquí para hacernos sentir mejor juntas.

Más allá de la reconstrucción física, ¿cuál consideras que es el aporte de tu trabajo a la vida de estas mujeres?

Se me hace un nudo en la garganta con esta pregunta, porque el mayor beneficio es para mí y no hablo precisamente de algo económico. Yo estoy agradecida de tener la oportunidad de estar rodeada de personas que constantemente me demuestran que se puede seguir adelante a pesar de las dificultades.

A los seres humanos se nos olvida el agradecimiento bastante rápido, porque la vida nos lleva acelerados, pero el hecho de estar dando este tratamiento a mí me hace reflexionar constantemente que la vida solo es hoy y que hoy tenemos la oportunidad de ayudar a otros. Más que una satisfacción para las pacientes, es un regalo para mí, el poder compartir con ellas y que me recuerden que la vida siempre vale la pena.

¿Tienes alguna experiencia o una historia inspiradora de una paciente a la que hayas ayudado con tu trabajo?

Todas las historias que he tenido la oportunidad de conocer hasta el día de ahora, todas son inspiración. Todas las sobrevivientes de cáncer, desde el momento en el que detectan el cáncer, me han demostrado que la vida siempre te pone ángeles y desde ese momento hasta que concluimos con el proceso de la reconstrucción de areola, han sido historias maravillosas que me hacen crecer como persona.

Yo veo el procedimiento de la reconstrucción de areolas como una cadena de amor, son trazos de esperanza. En este proceso tengo ángeles que me están acompañando y juntos estamos haciendo esto de forma gratuita. Uno de esos aliados es FundaRosa, quiénes me están ayudando de manera constante para que esto pueda sostenerse en el tiempo. Así que yo espero siempre encontrar estos ángeles, no dudo que así será, existe mucha gente queriendo ayudar para una causa tan noble, entonces sé que no estoy sola en esta misión.

¿Cómo te hace sentir el ser la única salvadoreña trabajando en esto con las sobrevivientes de cáncer de mama?

No me puedo sentir exclusiva, de verdad me gustaría que existieran más en este rubro para poder atender a las mujeres. Siempre lo he pensado así, mientras más seamos mejor. Qué bueno que la vida me utilizó a mí para poder ser la pionera en reconstrucción de areolas en El Salvador. Estoy muy orgullosa de serlo, con una gran responsabilidad de hacerlo de la mejor manera posible y ojalá en el camino mi trabajo pueda motivar a más personas a formarse y que seamos más ayudándonos, de eso se trata.

¿Cómo te ves de aquí a un año?

Realizando y coleccionando más trazos de esperanza. Me veo ayudando a las personas que lo necesiten. La verdad es que siempre me he proyectado como una mujer cuyos pasos están guiados por Dios, por una energía que mueve. Cuando nosotros tenemos la intención de hacer las cosas bien, Dios nos regresa lo que damos y nos multiplica, en este caso para poder llegar a más mujeres. Si ahora tengo la oportunidad de atender a cuatro personas, en un año quiero llegar a atender a veinte mujeres sobrevivientes de cáncer de mama.