Los datos más recientes publicados por el Banco Central de Reserva (BCR) confirman que el 2022 fue el año más difícil para la economía de las familias salvadoreñas, pues tuvieron que pagar mucho más por los alimentos y productos en general que consumieron.
Lo anterior porque el país se enfrentó a un fuerte aumento del índice de inflación, el cual llegó, en sus peores momentos, a una tasa del 7.76% en junio, lo que significa que ese fue el promedio de aumento en los precios de todos los bienes y servicios.
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Ante esto, y pese a que la cifra final a diciembre se colocó en el 7.32%, los salvadoreños aún así vieron cómo casi todos los rubros se volvieron más caros que 2021, y que los años anteriores.
De hecho, y debido a que el cálculo de la inflación que realiza el BCR se basa en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a 2009, puede decirse que desde ese año, los de 2022 son los precios más altos que se han registrado en la dinámica económica salvadoreña.
¿Pero en qué rubros puede notarse ese aumento en el índice de inflación? El de los alimentos es, sin duda, el más afectado por esa alza de precios, pues al verificar los datos que recoge el Informe Diario de Precios de Productos Agropecuarios, levantado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), los valores de los principales productos alimenticios en enero de 2022 estaban muy por debajo de los registrados en diciembre recién pasado.
Un ejemplo claro de ello es el precio del frijol de seda nacional, el cual inició el año pasado con un precio alrededor de los $57 por quintal, mientras que lo finalizó en los $91, no sin antes haber superado los $100 en algunas zonas del país y en meses anteriores. Según el mismo informe, al 12 de enero de 2023, el quintal de ese grano está arriba de los $92.
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Asimismo, la caja de tomates medianos pasó de costar unos $10 a sobrepasar los $14 durante algunos meses del año.
Al cierre de diciembre, el precio oscilaba en los $12, aunque en la segunda semana de enero, ya se encuentra en $15.23.
Por su parte, el cartón de huevos medianos, uno de los alimentos principales en la dieta salvadoreña, también tuvo un año complicado en cuanto a precios, pues en diciembre recién pasado llegó a costar los $4.55, mientras que los datos del MAG arrojan que para el 12 de enero del año en curso se mantiene en los $4.50.
Asimismo, otro de los productos que experimentó fuertes alzas fue el maíz blanco, un alimento crucial en la dieta diaria, pues según los datos del MAG entre enero y diciembre del año anterior, pasó de un precio de $19.30 por quintal a valer casi $29. Al 12 de enero de 2023, se mantiene en los $28.90.
En este sentido, uno de los productos que no mostró mayor variación durante el año fue el azúcar, el cual mantuvo un valor que rondó los $0.46 y $0.49 durante todo el año, mientras que a enero de este año se mantiene en el mismo precio.
Otro de los indicadores que refleja cómo la inflación ha sido más alta para el rubro de los alimentos (12.24% al cierre del año) es el precio de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), tanto para el sector rural como el urbano, y el cual también es divulgado por el BCR a través de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC).
Según esos datos, la CBA cerró el 2022 con un precio de $240.37 para las familias que viven en la zona urbana, y $181.54 para las que viven en la zona rural, un dato que la convierte en la canasta básica más cara desde 2001, fecha más antigua en los registros de la ONEC.
Estos valores en los alimentos básicos se traducen en que, para diciembre del año pasado, las familias del área urbana tuvieron que gastar $28.56 más en comprar comida, mientras que las del área rural, las más golpeadas, tuvieron que gastar casi $30 más.
También otros rubros subieron
No obstante, el precio de los alimentos no es el único que subió en el contexto de la inflación, pues según los datos del BCR, otros rubros también han experimentado fuertes alzas entre 2021 y 2022.
Un ejemplo claro es el rubro de los muebles y artículos para el hogar, un sector que experimentó un incremento de hasta 8.33% al cierre del año, según los datos oficiales.
Sin embargo, este no es el sector que más subió después de los alimentos, sino, el rubro de los bienes y servicios diversos, el cual agrupa diversas áreas de consumo como lo pueden ser barberías, salones de belleza, centros de spa, o cualquier servicio de índole personal. Este sector, a diciembre de 2022, ha subido en un 9.87% sobre la base del IPC 2009.
Además, otros sectores como el de recreación y cultura también han aumentado en términos inflacionarios, pues cerró el año con una alza de 8.02%. En esta área se agrupan actividades como conciertos, teatros, entradas a parques, etc.
Los rubros restantes, como lo es el de restaurantes y hoteles también reflejó un considerable aumento, cerrando el año con una inflación del 8.13%, mientras que los de transporte, vestuario y calzado, y el de bebidas alcohólicas y tabaco, cerraron con 5.14%, 4.17% y 4.28%, respectivamente.