Las comunidades 15 de Septiembre, del municipio de Conchagua; Nuevo Amanecer y Santa Lucía del cantón El Aceituno de Intipucá, en el departamento de La Unión; dieron a conocer los resultados de los beneficios de las iniciativas productivas a los cooperantes internacionales.
Representantes de República Dominicana, Chile, Uruguay, Guatemala, Honduras y Colombia que son parte de la Red Global de Organizaciones de la Sociedad Civil para la Prevención de Desastres, (GNDR por sus siglas en inglés).
Los extranjeros conocieron la realidad de dichas comunidades quienes subsisten con los pocos medios de vida que han conseguido a través de la asistencia de las organizaciones internacionales a través de la Fundación Salvadoreña para la Promoción Social y el Desarrollo Económico (FUNSALPRODESE).
Lee también: Inauguran en El Salvador una escuela para la transformación de sistemas agroalimentarios
Rubén Quintanilla, director general de Funsalprodese, dijo que son cerca de 1,500 instituciones a nivel mundial que forman parte de la GNDR, durante la visita asistieron representantes de varios países para conocer los resultados de uno de los proyectos de desplazamiento humano que ejecutaron la fundación en dichas comunidades que por varias razones tuvieron que desplazarse internamente de un municipio a otro.
“Hemos trabajado en la parte agrícola comunitaria y domiciliara, la gente ha desarrollado huertos caseros y comunitarios, se les enseñó cómo cultivar hortalizas en tierras muy áridas donde llueve poco; la instalación de unas cincuenta lámparas que funcionan con panel solar en las calles y un sistema de anuncios o alerta para avisar a la población cuando ocurre algo”, agregó Quintanilla.
Lisa Hernández, directora regional de la GNDR, dijo que la visita en las comunidades es en el marco del proyecto Logrando un Desplazamiento Seguro, que tuvo como objetivo trabajar con poblaciones desplazada es decir con gente que migra internamente por temas de cambio climático, falta de tierras.
Hernández agregó que dentro del programa las poblaciones identificaron las necesidades que tienen, en el caso de las dos de Intipucá, la gente dijo que necesitaban algo que les iluminaria el camino porque había lugares muy oscuros para transitar, “el proyecto les instaló los panel solares que ellos mismos le dan el mantenimiento y un sistema de comunicación para que la comunidad pueda comunicar o avisar lo que ahí ocurre”.
También: Importación de hortalizas y legumbres aumentó en mayo
El proyecto de iluminación y las comunicaciones para los sistemas de alerta temprana contó con el financiamiento de la Agencia de Los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la GNDR canalizó dichos fondos a través de Funsalprodese.
Francisca Pérez, de la comunidad Santa Lucia, dice que son una comunidad donde las familias son de extrema pobreza debido a la limitantes de los recursos; la únicas asistencias que tienen son con los proyectos financiados por las organizaciones internacionales a través de la fundación Funsalprodese, son personas que no cuentan con la seguridad jurídica de sus pequeñas parcelas, no hay apoyo del gobierno central ni de la alcaldía de la jurisdicción.
“Nos enseñaron a elaborar el abono orgánico, a limpiar y preparar los terrenos sin necesidad de usar insecticidas, como hacer nuestros huertos caseros para la producción de chile, tomate, piña, pipianes, ejotes e instalaron sistema de riego a través de unos recipientes de plástico para captar el agua durante el invierno”, agregó Pérez.
“La gente ha desarrollado huertos caseros y comunitarios, se les enseñó cómo cultivar hortalizas en tierras muy áridas donde llueve poco”.
Rubén Quintanilla, director general de Funsalprodese.
Pérez, hizo énfasis a los representantes internacionales, que la mayoría de las personas de Santa Lucía son desplazados que se vinieron desde el municipio de Yucuaiquin buscando terrenos u otras mejoras, “aquí no contamos ni con calles buenas, ni alumbrado público teníamos y se logró a través de un proyecto que nos vinieron de una oenegés; aquí no hay ayuda del presidente del gobierno ni de la alcaldía, ésta es nuestra realidad”.
En Santa Lucía son un aproximado de sesenta familias, ninguna de ellas cuenta con el título de propiedad; las pequeñas parcelas agrícolas y donde tienen sus ranchos son del estado.