La Iniciativa para la Acción Climática nace en respuesta a los pocos o nulos proyectos en ejecución en la región de Centroamérica en cuanto al cambio climático, el cual no es un futuro posible sino una realidad palpable en el mundo y en el istmo.
De acuerdo con la información compartida por el presidente de la organización, Juan Marco Álvarez, para responder a los retos que implica dicho cambio climático la IAC buscará soluciones y acciones de mitigación, con la adaptación como prioridad; también buscará contribuir en que haya menos emisión de dióxido de carbono en cada país del área.
La IAC impulsará estrategias y planes desde la empresa privada para la acción climática, generará planes de adaptación empresariales de acuerdo a diversos sectores (agricultura, industria, etc.) y buscará apoyo financiero de fundaciones y organismos internacionales.
Investigación, análisis y acción
La IAC promoverá estudios técnicos y análisis en materia de cambio climático, especialmente en cuanto a diagnóstico de vulnerabilidad y riesgos, sistema de alerta temprana, etc.
Así mismo, propondrá políticas, recomendaciones y programas nacionales y regionales hacia una planificación ambiental, ordenamiento territorial y aprovechamiento y conservación de recursos naturales, medios de vida y paisajes ecosistémicos, que contribuyan a la mitigación y adaptación al cambio climático. Todo lo anterior, de la mano del Gobierno central y las distintas municipalidades o instituciones de cada país del área. Elaborará también proyecto de conservación y restauración ambiental.
Trabajo en equipo y educación
La IAC promoverá alianzas con entidades locales, a nivel centroamericano e internacional, llámese alcaldías, oenegés, fundaciones, iniciativas privadas, organizaciones civiles y más.
Así mismo, su trabajo tendrá un enfoque educativo, para impulsar la comprensión de los riesgos y consecuencias inherentes al cambio climático. Para apoyar este último punto, la Iniciativa impulsará actividades culturales, científicas, artísticas, deportivas, recreativas, educacionales y científicas en toda la región.
También tienen en su hoja de ruta la organización de cursos, conferencias, seminarios y eventos hacia la comprensión del cambio climático.
Urge una mejor gestión del recurso hídrico
Para la IAC, es vital que mejore la administración de las cuencas hidrográficas críticas, con especial énfasis en el Río Lempa, el cual nace en Guatemala y Honduras para desembocar finalmente en El Salvador.
Así mismo, la IAC contribuirá con insumos técnicos en otras cuencas compartidas en la región, como el río Paz y el Goascorán.
Para proteger el recurso hídrico en los distintos países del área, la IAC promoverá la reforestación dirigida, mejoras en protección de fuentes, reinfiltración de acuíferos y manejo de fondos de agua. También apoyará con mejora de infraestructura como reservorios, barreras de retención, plantas de recuperación de aguas negras y desalinización, etc.
Productividad agrícola de la mano del clima
La IAC entiende que las empresas buscan la máxima producción posible, pero trabajará para que dicha producción sea climáticamente inteligente. Para ello, está el proyecto de un centro climático para la agricultura, el cual haga estudios y proyecciones en distintas locaciones del sector agrícola, para tener claridad en cuanto a riesgos y adaptación.
De esta forma, la IAC podrá entregar estrategias preventivas dirigidas a adoptar mejores prácticas agrícolas, sostenibles y de avanzada.
Los sectores como café, caña de azúcar, ganado y granos serían priorizados en los pasos iniciales de la IAC en este rubro, con apoyo de preparación ante sequías prolongadas, pestes, inundaciones, etc.
Reducción de efectos de gas invernadero
En la Convención Marco del Cambio Climático de 2015, en París, las naciones del mundo se pusieron como objetivo que la temperatura a nivel global no aumente más allá de 2 grados C, idealmente 1.5 grados. Este año, la llamada COP será en Egipto. Para evitar este aumento en la temperatura global, cada país debe presentar a las Naciones Unidas qué acciones tomará para reducir su contribución nacional determinada de carbono.
En Centroamérica -explicó Álvarez-, en el acumulado desde 1751 que el mundo se industrializó hasta 2020, las emisiones en millones de toneladas de dióxido de carbono son: 404.5 de Guatemala, 270 de Panamá, 232 de C. Rica, 230 de Honduras, 213.5 de El Salvador, 161 de Nicaragua y 17 de Belice.