Cabañas amaneció este martes con un cerco de seguridad que está comprendido por 7,000 miembros de la Fuerza Armada (FAES) y 1,000 de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes tienen como objetivo “evitar la salida de pandilleros del departamento y cortar todas las líneas de suministro de los grupos terroristas”, informó a media mañana el presidente Nayib Bukele.
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El mandatario reconoció que, en las últimas semanas, dicho departamento se convirtió en el lugar con mayor número de células terroristas que han llegado, presuntamente, para buscar las áreas rurales con la finalidad de ocultarse.
Agregó que el cerco de seguridad se mantendrá mientras los operativos que realicen “puedan extraer a todos los pandilleros”.
“La población de Cabañas, sus visitantes y turistas pueden estar tranquilos y realizar sus actividades normalmente. Este masivo cerco garantiza aún más la seguridad de la zona y no lo levantaremos hasta dar con todos los delincuentes”, indicó Bukele en su cuenta de Twitter.
El gobierno ha implementado dichas medidas en otros lugares del país en meses recientes, como las comunidades Tutunichapa y La Granjita, de San Salvador; además de Comasagua y Soyapango.
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El abogado penalista y docente de la UCA, Oswaldo Feusier, dijo a El Diario de Hoy, a finales de 2022, que una característica básica de cualquier régimen autoritario es “responder a cualquier problema reacción o disidencia, con el tema de las fuerzas armadas”.
“Desde el momento en que se cuenta con las fuerzas militares como mecanismo primario y permanente en la vida pública, la medida adquiere características típicas de un Estado autoritario que busca resolver todos sus principales problemas con las armas, la milicia, la violencia armada y el ejército”, indicó Feusier a este medio en aquella ocasión.