El vicepresidente de la República, Félix Ulloa, expresó afinidad con Werner Vargas, candidato electo del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, quien recibió apoyo de los gobiernos de Centroamérica para ser el nuevo secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), incluyendo el respaldo de la administración Bukele.
Esta elección generó duros cuestionamientos hacia los mandatarios centroamericanos, quienes son señalados de haber validado a un régimen con presos políticos y medios de comunicación clausurados, como ocurre en Nicaragua.
Por ejemplo, la exvicepresidenta de Panamá, Isabel de Saint Malo, calificó la elección de Vargas como "una vergüenza para la región", ya que con esto se le ha dado la espalda a la democracia y a las recurrentes violaciones a los derechos humanos ejecutadas bajo el mandato de Ortega.
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Sin embargo, el vicemandatario salvadoreño se refirió al tema y se mostró muy a gusto con tal decisión, lo cual evidencia el giro en el discurso del gobierno de El Salvador hacia el régimen de Nicaragua, ya que Bukele, antes de ser presidente, consideraba a Ortega como un dictador.
Ulloa anunció que él representó al mandatario salvadoreño en la cumbre de presidentes y jefes del Estado del SICA, tras una convocatoria realizada por República Dominicana, país que tiene la presidencia de tal organismo "por tempore".
"Tuvimos como punto único la elección del secretario general del SICA ustedes", dijo Ulloa, quien añadió: "Teníamos más de un año de acefalía, finalmente hubo un consenso en la cumbre de ministros de Relaciones Exteriores y ellos hicieron la propuesta del señor Werner Vargas, de nacionalidad nicaragüense y con una propuesta unánime, acordada por los cancilleres, los jefes de Estado, el día de ayer aprobamos la elección del señor Werner".
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Ulloa manifestó que al funcionario cercano de Ortega se le ha dado un espacio para que pueda presentar su plan de trabajo y que "sobre esa base El Salvador ha hecho consideraciones importantes".
Posteriormente, precisó que la propuesta de El Salvador es "pasar de la integración a la unión centroamericana".
"Las tenemos por escrito y las vamos a hacer llegar, porque esperamos que es el momento en el que puede dar impulsos a la integración centroamericana", enfatizó el vicepresidente.
El discurso de Ulloa coincide con el del régimen nicaragüense, que celebró esto como un "triunfo de la paz".
No obstante, Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), condenó que con tal decisión, los mandatarios de Centroamérica se burlan del acoso a líderes religiosos y se ríen de las muertes de al menos 350 personas, ocurridas bajo la dictadura de Ortega.
De igual manera opinó la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchila, quien aseguró que lo sucedido “no deja de golpear”, en especial por las circunstancias particulares y hechos recientes en Nicaragua.
“Se escoge un momento particularmente odioso, tenemos más o menos ya a 1,200 organizaciones no gubernamentales que se han prohibido en Nicaragua; tenemos a monseñor Rolando Álvarez en asedio, estamos a meses de un nuevo fraude electoral en el que se están violentando todos los procesos”, indicó Chinchilla al Diario La Nación.
Álvarez es el obispo de Matagalpa, quien está retenido en su casa, rodeado por la Policía de Nicaragua, porque el gobierno de Ortega lo acusa de “organizar grupos violentos” e incitar “a ejecutar acto de odio” para desestabilizar el país, debido a sus posiciones críticas a la dictadura.