Lo habitantes de la residencial Brisas de San Francisco, en la zona poniente de San Salvador, continuaron hoy su retiro de la zona donde las fallas de en un inmensa bóveda amenazan sus propiedades.
Imágenes difundidas en las redes sociales de instituciones Gobierno mostraron como los afectados subían sus pertenencias a camiones, mientras eran auxiliado por personal uniformado de azul con logos del Ministerio de Gobernación.
El 1 de septiembre, entre la entrada de las sendas 10 y 11 de esa residencial se hundió un espacio de aproximadamente 40 metros de largo por unos 30 de ancho, hasta derrumbar los muros de una casa.
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Ese desplazamiento de materiales, hacia el fondo de la bóveda que corre por la calle principal de la residencial, también derribó los postes del tendido eléctrico y dañó las tuberías de agua potable.
Durante las primeras horas y mediodía de siguiente día se observó cómo, con maletas en mano, los habitantes del lugar partían hacia lugares seguros, algunos también movilizaban electrodomésticos.
La residencial fue declarada en julio bajo alerta roja por la Dirección General de Protección Civil, por el peligro que ya representaban los primeros cuatro hundimientos .
Casas inhabitables
La ampliación de la cárcava llevó al Ministerio de Gobernación a declarar a las casas de la orilla de la calle principal como “inhabitables temporalmente”.
Además, el ministro de Gobernación, Juan Carlos Bidegain, mencionó que tras la inspección eventualmente se “va a declarar zona inhabitable toda el área que el estudio no arroje”.
“Esta es una situación nueva, tenemos vecinos afectados que no estuvieron afectados en el problema inicial y queremos decirles que se va a dar el mismo tratamiento, como se dio con los vecinos la primera vez”, comentó Bidegain en aquel momento.
De acuerdo al ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, la formación de las cárcavas o la ampliación de las existentes se debe al deterioro de la bóveda subterránea que sostiene la residencial.
Mencionó que se demolerá “toda la bóveda” y se construirá una nueva.
“Por el momento estamos removiendo todos los escombros que puedan obstruir la bóveda y generar complicaciones en algún momento de lluvia. Paralelamente estaremos trabajando en un proyecto de bóveda de 550 metros para mejorar la capacidad hidráulica”, detalló Herrera.
Los trabajos en la residencial no serán “a medias” y se prolongarán hasta por seis meses, esos costarán $3.1 millones.
Se conoció que el Gobierno ha destinado $1,752,000 para apoyar económicamente a los afectados durante 13 meses, a fin de que busquen un lugar donde vivir mientras duran los trabajos.