Veinticuatro piezas forman parte del Pesebre navideño que José Daniel Castello elabora, desde hace 10 años, en diciembre, para representar la ciudad de Belén y el nacimiento del Niño Jesús.
Las piezas de 25 centímetros de alto forman parte de la colección de una marca italiana, que elabora estas figuras, y cuando le es propicio Daniel Castellón integra una nueva pieza a su Nacimiento, para mantener armonía entre los elementos, que son estratégicamente colocados en un escenario de 4 metros de largo, el cual incluye una gruta y una pequeña villa.
“Utilizo elementos como dura pack, pintura acrílica, aserrín pintado con anilina, arena, piedra de río, material seco de jalacate como arbolitos, para dar forma a este pesebre”, explica Daniel, quien es un hábil artesano residente en Chinameca, San Miguel.
“El nacimiento lo tengo en mi taller, está abierto para que la gente lo pueda llegar a ver de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde en el barrio Yusique”, invita.
Para Daniel compartir su representación de Belén con las personas forma parte de las tradiciones que adquirió con su abuela. “Ella era la que compraba los muñequitos de barro y me ponía a ayudarle a elaborarlo, casi siempre son las abuelas quienes motivan estas actividades y es bueno que no se pierdan y se motiven a los niños para que continúen esa tradición” agrega.
Para Daniel tener un Belén en casa, “es rememorar anualmente el nacimiento de Cristo, luego al hacer el nacimiento es la invitación que nosotros como cristianos esperamos que nuestro corazón se vuelva un pesebre más humano, y luego mantener una tradición que según datos históricos inicio San Francisco de Asís”.
Este artesano considera que al involucrar a la familia en la elaboración de un Pesebre o Nacimiento se genera un despliegue de creatividad y convivencia familiar.