Entre lágrimas y gritos desesperados, familiares de personas detenidas, durante el régimen de excepción, se despiden de los detenidos que son trasladados a los distintos centros penales de el país.
Ese fue el caso de una pareja que, a la entrada de las bartolinas conocidas como "el Penalito", en San Salvador, conversaron por unos segundos sobre la forma en que pagarían el paquete de aseo personal y la comida que el detenido necesitará durante su encierro.
"Ya no alcanzo", expresó ella, en referencia al dinero que necesitaba para pagar los insumos. "Para comida", contestó él, haciendo un gesto con la mano y comenzando a despedirse. en ese instante, el detenido fue llevado hasta la puerta de la bartolina en donde, ya a distancia, se despidió de su pareja con un "te amo".
Fotos: El precio que deben pagar los familiares de los capturados por alimentación y kit de limpieza
Escenas como esta se repiten con frecuencia: mujeres con niños en brazos, madres preocupadas por sus hijos, esposas en busca de información, y la incertidumbre como protagonista, hacen que el ambiente se torne tenso al momento del traslado de hombres y mujeres que fueron detenidos por los agentes de la Policía Nacional Civil.
Las súplicas y los lamentos a las afueras del portón de las bartolinas de San Salvador, reinan al momento en que trasladan a los detenidos. Las quejas no se hacen esperar, y es que algunos alegan que “hay inocentes” en el lugar.
Según personas que buscan a su familiar o intentan comprar artículos de primera necesidad para la persona detenida, hacen el sacrificio de quedarse a dormir ahí para ser los primeros en obtener información al respecto o adquirir los productos.
Algunos de ellos, llegan con la esperanza de siquiera intercambiar unas palabras con su familiar antes de que sean trasladados.
Otros, intentan encontrarlos en el sitio, pues no obtienen información de su familiar detenido. Según una mujer que no quiso ser identificada por cuestiones de seguridad, desde el pasado lunes busca a su familiar, mismo que fue arrestado en su casa “sin motivo”, asegura.