La mañana del lunes 28 de noviembre José Domingo Navarrete, de 61 años, concluyó de forma oficial sus estudios de 9º grado en el Centro Escolar Susana Rodríguez viuda de Duke en Ciudad El Triunfo, Usulután. Tomado del brazo de una de sus nietas subió a la mesa de honor para recibir su diploma, y con ello la oportunidad de continuar sus estudios para convertirse en bachiller de la república.
Domingo, no asistió a la escuela en su infancia, pero en 2018 se cuestionaba qué sería de su vida, en ese momento elevo una oración, “yo platiqué con Dios y él me respondió, le dije Señor qué será de mí este año que viene y luego en él me respondió y me dijo estudia” obediente al sentir en su corazón se matriculó en el centro educativo para iniciar clases en 2019.
“A los 56 años, me matriculé en 3º y 4º grado, porque ya podía hacer mis ganchitos, a medio año me dieron deseos de salir en la banda de Paz, le pregunté a la profesora si me podía incorporar y me dijo que sí, que estaba estudiando y que era alumno y que si se podía” Domingo tocó los redoblantes, aunque entre bromas dice que “solo hizo el mate”.
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En 2020 se inscribió en 5º y 6º grado, luego recibió la sorpresa que sería transferido al 7º grado. “En ese año se viene la pandemia y ya tocó ir virtual, yo estuve estudiando en la casa y me iba a la escuela, casi solo dos profesores y yo pasábamos en la escuela” recuerda.
Para Domingo Navarrete el 2020 no fue solo de luchar contra el virus del covi-19, también enfrentó el deseo de rendirse y abandonar sus estudios.
“Me sentía incómodo por la gente que me criticaba, mucha gente me decía - “ves que sos tonto que estas estudiando, ya estás viejo y ya un viejo como vos como van a querer darle trabajo en un banco o cualquier oficina, ya no, si los viejos los están sacando” - entonces les dije que estaba estudiando no para buscar trabajo porque trabajo tengo en la casa, soy vendedor y no tengo necesidad de andar buscan empleo, con lo poquito que gano con eso paso” comentó.
Y es que Domingo asegura que asiste a la escuela por un acto de amor hacia sus nietos, “yo estoy estudiando no para buscar un trabajo si no para dar un ejemplo, tengo 10 nietos y están estudiando y en ocasiones ellos no quieren estudiar, yo veo el sacrificio que hacen mis hijas por darles a ellos, y para que ellos se fijen en lo que estoy haciendo por eso es que estoy estudiando y no me voy a quedar acá voy a seguir el bachillerato porque quiero que me digan bachiller” señala.
Domingo también ha recibido palabras de ánimos, y el día de su graduación de 9º grado descubrió que son más las personas que le apoyan que los que buscaban hundir sus sueños.
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“Al terminar el año escolar nunca creí que tanta gente, aun gente que no conozco, me han dado felicitaciones, bendiciones, y un gran apoyo que me están dando, por los mensajes me dicen que siga que no hay edad para poder continuar y lograr lo que uno desea” comenta.
Navarrete también quiso compartir la experiencia de aprender con sus hijas, y les animó a que se anotarán en la escuela nocturna, sólo dos aceptaron el reto, pero uno de ellas desistió debido a la carga laboral y familiar. Ambas viven en la ciudad de San Miguel, pero sus clases las recibía de forma virtual en el Centro Escolar Susana Rodríguez viuda de Duke en Ciudad El Triunfo, Usulután, a donde estudia su padre.
En Ciudad El Triunfo, Domingo Navarrete es conocido como su trabajo de encordelar sillas con cordel de plástico, se le puede observar trabajando en las afueras de un cuarto a la orilla de la calle del Barrio El Calvario, junto a la ermita.
Además, es vendedor ambulante desde: lámparas, huacales, ropa, medicina, pomadas, entre otras cosas, y cuando le buscan para chapodar algún solar con la Cuma nunca se niega, ya que se creció realizando trabajo de campo, quizás por ello considera la agronomía como una posible carrera universitaria y como una segunda opción el profesorado, y así “tener un escalón más en la vida” sonríe.