El texto que se reproduce a continuación es el relato de un colaborador con interés en la fauna que habita en la zona de la Universidad de El Salvador:
“Cinco de la mañana, me encuentro en el bosque de la Universidad de El Salvador, mi objetivo buscar aves migratorias, locales y animales silvestres, que habitan en nuestra Alma Máter.
Hay que tener un ojo de halcón, apostarse sobre los árboles para no espantarlos y capturar su mejor momento. Camino lentamente, casi en cámara lenta, el tiempo avanza y el amanecer ha llegado.
Me detengo, veo mi objetivo, un torogoz con su pecho salido y muy elegante recibiendo los primeros rayos del sol.
Sigo ahí en medio del bosque, pongo atención al cantar de las aves y movimientos de otros animales, que rodean la zona. Trato de ubicar de donde viene su canto, avanzo un par de metros y veo a la aurora, un ave nocturna que los abuelos decían, que cuando canta es porque alguien moriría, eso solo es un mito.
Sigo atento, en cualquier momento podía aparecer otra ave o animal silvestre, así fue, veo correr desorientado a una zarigüeya o tacuazín, unos perros la venían siguiendo.
El mamífero logra subir a un árbol para distraerlos. Se queda quieto y listo por si la atacaba el gavilán pollero, que habita en el Alma Mater, el pobre animal, no estaba seguro en el suelo y ni en los árboles donde se esconde.
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Ver la fauna de la UES es un espectáculo, se desplazan con libertad en busca de sus alimentos y cuando no encuentran, algunos empleados se lo proporcionan.
Encontrar un mapache en la UES, no es común. Este mamífero, habita en zonas boscosas, ríos, manglares costeros y hoy en día, se ha adaptado a zonas urbanas y al ser humano, se puede ver cuando, Alfonso Ramírez, trabajador administrativo de la UES, los alimenta con tranquilidad.
La variedad de animales que habitan en la Alma Máter, tienen la facilidad de desplazarse en unas 57 manzanas aproximadamente y convirtiéndose en un atractivo visual para los trabajadores, estudiantes y visitantes.
Muchos aseguran que hay aves migratorias y locales, que se mantienen en este lugar por la abundante comida que hay y cuando se les termina se marchan.
En la Universidad de El Salvador se tiene un proyecto denominado Monitoreo de Aves de la UES, el cual inició en el 2019, pero que paró cuando llegó la pandemia del COVID-19. Este año, se retomó junto a estudiantes de biología.
La migración de las aves, es un fenómeno casi natural. Se trasladan de un lugar a otro de manera cíclica o constante, debido a los cambios climáticos, alimentación o reproducción. Se adaptan rápido donde viven, más si su comida es accesible a ellas.
<<Por el momento, hemos identificado alrededor de cien especies nativas de aves como: pericos, loras en peligro de extinción, el gavilán pollero, tucanes, torogoz, tijeretas, chachas, talapo, carpintero, aurora, entre otros>>, aseguró Valeria Andrea López Paredes, estudiante egresada de la licenciatura en biología, de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática de la UES.
Por su parte, dentro de las migratorias están: el halcón peregrino, el pájaro chipe de color amarillo, los tiranos, el tangara y algunas especies de chiltotas.
<<El tema de las aves es importante, desde pequeña llegue a tener la curiosidad de saber cómo son ellas, por su plumaje, colores, especies y cantos. Siempre me han gustado y ahora como futura bióloga, me dedico al estudio de ellas. Todo inició, cuando cursaba la materia de zoología II, ahí descubrí que son territoriales y con un temperamento fuerte, todo por cuidar sus nidos, comida y crias>>, comentó Valeria.