José Oswaldo Quinteros, de 78 años, ha visto los cambios que con el paso del tiempo ha tenido el centro histórico de San Salvador. Vive en San Jacinto, a dos kilómetros, y asegura que el rostro de la capital está cambiando para bien y no se refiere únicamente a la infraestructura, sino al ambiente que se siente al transitar las calles que conforman el corazón de la capital.
“Lo esencial de acá es el ambiente que se respira, totalmente diferente de hace tres años. El centro está quedando inmejorable, ha evolucionado tremendamente. Vengo seguido al centro para ver cómo va el cambio y veo al Palacio Nacional y parece que lo pintan cada día”, expresó Quinteros.
Aprovechó para exhortar a las futuras generaciones y gobernantes a que continúen trabajando por la transformación absoluta de la capital.
Aideli Portillo de Chávez, de 46 años, aprovecha su visita al centro para alimentar a las palomas que permanecen en la plaza Gerardo Barrios. “Se está viendo demasiado cambio y eso es excelente. Siempre que vengo me gusta tomarme fotos, aprovechar los nuevos espacios”, comentó.