Frank Rubio, hijo de padres salvadoreños, es el astronauta que junto con los cosmonautas rusos Dmitry Petelin y Sergey Prokopyev viajarán el miércoles 21 de septiembre hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de la nave Soyuz MS-222. El vuelo saldrá desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.
“Antes de partir para Rusia (donde entrena ahora), él ya me había dicho que el viaje era pronto, pero lo que no sabía era la fecha exacta. En realidad, yo lo supe cuando la NASA lo dijo. Incluso yo viajé a Texas a despedirlo”, dice Mirna Argueta, madre del astronauta Frank Rubio, con voz cargada de emoción.
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Francisco Rubio nació en California, en diciembre de 1975, pero vivió sus primeros seis años en El Salvador. Es hijo de Mirna Argueta, originaria del municipio de San Alejo y actualmente residente en la ciudad de La Unión, y de Carlos Rubio Reyes, originario de El Sauce.
El vuelo fue anunciado por la agencia espacial rusa, Roscosmos, el pasado 15 de julio, tras la firma del acuerdo de vuelos mixtos a la Estación Espacial de cosmonautas rusos y astronautas estadounidenses, la cual tiene dos décadas de funcionar en el espacio.
El pasado lunes 22 de agosto, Frank Rubio, durante una conferencia virtual de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), habló sobre su próxima misión a la estación espacial, cuando comentó: “Estoy muy orgulloso, aunque todos nos sentimos un poco nerviosos por el sentido de responsabilidad”.
“Tuve la oportunidad de conocer a los jóvenes rusos astronautas y ellos forman un gran equipo, y lo que más me impresionó fue eso, el deseo de ellos de encontrar algo bueno para la humanidad, porque él (hijo) es médico”, dijo Mirna Argueta.
“Esto de que él llegara a ser astronauta no ha sido cuestión de dinero, ha sido de sabiduría y esa viene de Dios; cuando fui a Texas hablamos del viaje y él está sumamente emocionado. Siempre lo he apoyado”.
Mirna Argueta, madre del astronauta Francisco Rubio
Para la madre del astronauta, en El Salvador hay muchos Frank Rubio, es decir que tiene talentos, lo que no tienen es la oportunidad para estudiar. El llamado es para el gobierno salvadoreño, que abra oportunidades para los jóvenes; Argueta confía en que se brinde estos apoyos, "en especial para los de oriente" del territorio.
Actualmente, Mirna Argueta se organiza para reunir a varios grupos de jóvenes de las escuelas de oriente, sobre todo las que tienen menos oportunidades de aprendizaje y desarrollo, para que la acompañen a San Salvador al museo Tín Marín, para ver el despegue de la nave espacial el 21 de septiembre.
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Ese miércoles será histórico: un salvadoreño llegará al espacio y estará ahí por más de seis meses, en una estación espacial del tamaño de un campo de fútbol, que opera como laboratorio científico y está a unos 400 kilómetros encima de la órbita terrestre, según informó la agencia de noticias AP.
“Quiero mencionar algo muy especial, él tiene una esposa excepcional que lo ha apoyado en todo, porque de no ser así, yo creo que él no hubiera salido adelante; porque yo lo dejé en sus manos de ella, desde que se casaron ha sido un gran apoyo. Tienen cuatro hijos”, expresa con satisfacción Mirna.
Frank, quien se preparó para ser astronauta entre 2017 y 2020, ha estado entrenando por dos años para este momento, pilotando jets supersónicos T-38 y entrando a máquinas centrífuas de fabricación estadounidense y rusa, las cuales simulan las aceleraciones, para que sea cómo reaccionar cuando la nave despegue.
Como médico, el salvadoreño tiene dos objetivos importantes en esta misión: imprimir tejido celular humano en impresoras 3D, investigación que podría ser clave para ayudar a enfermos de nivel crítico que requieren órganos nuevos; y estudiar los efectos de la micro-gravedad, para tener más conocimiento que permitan al ser humano estar más tiempo en la Luna y llegar a Marte, según explicó el mismo Rubio a AP desde la Ciudad de las Estrellas, en Rusia, en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas de Gagarin.