Kevin Antonio Mejía Muñoz, de 26 años, acusado de matar a dos pasajeros de un microbús de la Ruta 52 fue sometido a una prueba psiquiátrica, para determinar su capacidad mental, informó el Centro Judicial a través de Facebook.
La diligencia fue autorizada por el Juzgado Segundo de Instrucción, de San Salvador, por petición de la defensa.
La Fiscalía acusa a Mejía Muñoz por los delitos de homicidio agravado e intento de homicidio agravado.
Según declaró una víctima sobreviviente, durante el proceso judicial, la mañana del 20 de abril de este año, a eso de las 6:00 de la mañana, mientras se conducía en un microbús de la ruta 52, supuestamente Mejía Muñoz abordó la unidad de transporte.
El sobreviviente añadió que el hombre sin motivo alguno comenzó a gritarle a los pasajeros y cuestionar el por qué, supuestamente, se reían de él.
En el hecho lesionó con un cuchillo a tres personas en el cuello, detalla el informe.
Una de las víctimas fue trasladada por el motorista de la unidad de transporte hacia las instalaciones más cercanas de Cruz Roja.
Mientras las otras dos recibieron los primeros auxilios en el lugar por personal de Comandos de Salvamento y luego fueron llevadas al hospital.
Sin embargo, de las tres víctimas lesionadas, dos fallecieron. El hecho fue cometido sobre la 11 Calle Oriente, de San Salvador.
Con la prueba psiquiátrica la defensa tratará de demostrar que Mejía Muñoz, el día que cometió los homicidios, no gozaba de sus capacidades mentales.
Hace más de tres meses, cuando el acusado fue enviado a prisión mientras sigue el proceso judicial, el abogado defensor, Franklin Hernández , declaró a los medios de comunicación que su defendido no había tenido un proceso adecuado debido a que no se había valorado su condición médica.
“Él es una persona que tiene estos problemas mentales y la Ley establece un proceso especial", expresó el abogado.
El estudio psiquiátrico fue realizado por un experto especializado cuyo dictamen deberá ser presentado antes del 3 de septiembre, fecha que finaliza la etapa de instrucción.
Además, la Fiscalía General de La República ha solicitado realizar pruebas de psiquiatría y toxicología forense del procesado.
Cuando sucedió el hecho, conocidos del sospechoso, comentaron que el joven, que laboraba como barbero, padecía depresión luego de terminar una relación sentimental.
Por su parte, la empresa para la cual Kevin trabajaba emitió un comunicado en el que aclaraba que el barbero no se había presentado a trabajar desde el 12 de abril de este año, es decir, desde ocho días antes que cometiera el ataque.