El Hogar San Pedro Claver, en Armenia, Sonsonate, requiere ayuda de personas altruistas para cubrir los costos de mantenimiento del lugar, entre otros gastos, que atiende a 27 adultos mayores entre los 61 y 102 años.
Una de las actividades que están realizando, a partir de la primera semana de octubre, es la rifa de varios artículos para los hogares, con la cual esperan tener el apoyo de las personas, expresó la fundadora, Ana Milagro Osorio, quien pertenece a la Congregación Hermanitas de los Pobres de San Pedro Claver.
La rifa está programada para el 19 de noviembre.
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La hermana Berta Osorio, miembro de la congregación, explicó que el hogar es una obra de servicio que funciona en el caserío Santa Teresa, cantón Tres Ceibas, de Armenia, desde hace 22 años.
“No contamos con muchos recursos, por eso es que hacemos estas actividades”, expresó la religiosa.
La fundadora de la iniciativa recordó que el hogar nació debido a que, en aquellos años, era la directora de un colegio en Sonsonate y que cuando llegaba a Armenia, de donde es originaria, observaba que en los portales habían muchas personas adultas mayores, que no tenían dónde dormir y quien les proporcionara alimentación.
Con los estudiantes les comenzaron a brindar alimentos, que recibían de personas altruistas.
Al ver la necesidad de los adultos mayores y por su vocación de ayudar, un primo de las religiosas, que son hermanas de padre y madre, les donó un terreno que era herencia familiar.
El mismo consta de más de una manzana. Fue ahí donde construyeron las instalaciones, con ayuda de donaciones, entre ellos de residentes en Estados Unidos.
En la ciudad, la congregación les daba alimentación a un promedio de 75 y 100 adultos mayores; pero cuando tuvieron sus propias instalaciones, las personas declinaron internarse bajo el argumento que estaba lejos del área urbana.
Actualmente son 27 adultos mayores los que atienden; entre ellos, un señor que tiene 93 años y que llegó al hogar en el 2006. Además de una señora que tiene 102 años y llegó en el 2008.
Ambos son los de edad más avanzada y los más antiguos de estar en dicha obra de atención.
La más joven de las personas internas tiene 61 años de edad.
Varias empresas y personas altruistas les brindan apoyo para cubrir algunas de las necesidades que tiene el asilo; sin embargo, el trabajo es grande para darle una mejor calidad de vida a los adultos mayores, coincidieron ambas religiosas.
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La idea era de que el hogar fuera autosostenible; “pero ha sido bien difícil”. Pese a ello, en el lugar cultivan tilapias y tienen crianza de gallinas, que comercializan y también sirven para el consumo propio.
También tienen cocos y de mango, que comparten de forma gratuita con los miembros de la comunidad.
“Tenemos gran apoyo de las personas; pero hay cosas que se van dañando, por eso tenemos necesidades. Construir es fácil, mantener una obra es bien difícil por la parte económica porque resultan tantas cosas al final, que cuesta”, expresó la hermana Ana Milagro.
Los premios principales de la rifa consisten en un televisor de 45 pulgadas, un juego de comedor, y una olla para cocinar.
Sin embargo, hay cerca de veinte premios de consuelo para quienes participen en la rifa.
El valor de la lista es de $10; cada una tiene diez números cuyo precio individual es de un dólar.
“Las obras se pueden realizar con el apoyo de toda la gente”, señaló la fundadora de la iniciativa.