"El tema de la mina de Cerro Blanco es de profunda preocupación, no hay transparencia de información de parte de Guatemala, de qué tecnología se va a ocupar en esa planta, y que está a 9 kilómetros de la frontera y nos puede impactar", expresó hoy, durante el programa Frente a Frente, el fundador de Salvanatura, Miguel Araujo.
Y es que desde los meses anteriores los avances del proyecto minero Cerro Blanco en Asunción Mita, Jutiapa, Guatemala, la cual está a 14 kilómetros del Lago de Güija, en Metapán, mantienen en alerta a los ambientalistas salvadoreños.
La iniciativa busca transformar la mina subterránea a una mina a cielo abierto, una forma de minería mucho más agresiva para el medio ambiente y peligrosa para la salud humana.
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La contaminación afectaría al Río Lempa y pondría en riesgo la salud de tres millones de personas en suelo salvadoreño, debido al uso de arsénico y otros metales pesados en el proceso minero, que busca iniciar la explotación de la mina por un periodo de 11 años y extraer tres millones de onzas de oro y diez millones de onzas de plata.
"Ya trabajamos en campo para investigar, el BCIE (Banco Centroamericano de Integración Económica) se ha montado abordo con apoyo para investigar junto a la Matías Delgado, un salvadoreño que estudia en Japón nos ha despertado la idea que la ninfa acuática puede purificar", detalló Miguel Araujo.
El país urge de cambios ambientales
Además, Miguel Araujo sostuvo que la legislación salvadoreña en la temática ambiental debe cambiar.
"El informe más reciente de la Noaa (a Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) indica que el gas de invernadero culpable del mayor aumento del calentamiento global es el metano, también los combustibles fósiles, el problema del metano es que es 30 veces más potente que el dióxido de carbono...", externó Miguel Araujo.
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En ese sentido comentó que el problema radica en que "el metano es emitido por las aguas negras..., y siguen los proyectos de construcción sin plantas de tratamiento, y la ley hoy nos permite que vaya a un conector de Anda pero hacia donde va, a las quebradas, eso debe cambiar".
Concluyó que existen las posibilidades de tocar puertas y acceder a fondos climáticos para la intervención local," con plantas de tratamiento para que rompamos el pasado donde solo el 3 por ciento de las aguas del país son tratadas ".