Yolanda del Rosario Rivas Gallegos, de 72 años, y Aida Karina Hernández Rivas, de 35, son madre e hija, residentes en en la colonia Gallegos 1, en el barrio La Vega, jurisdicción del municipio de San Salvador Centro.
Desde hace más de tres años, señalan, viven en angustia y desvelos constantes pues su vivienda que se ubica a la orilla del río Acelhuate está en riesgo por el deslave de una ladera que en cada invierno se agrava.
La casa que habitan es la número 1, al interior han improvisado una habitación de unos dos metros de largo luego que el área donde anteriormente estaban los dormitorios cediera al abismo en medida en la ladera a la orilla del río se ido derrumbando.
Son alrededor de tres metros hacia adentro de la propiedad los que se han caído.
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En la casa residen cuatro mujeres, dos de la tercera edad, una de ellas con ceguera, y una menor de 13 años, hija de Yolanda, quien está a cargo de este grupo familiar.
Madre e hija aseguran que llevan tres años solicitando ayuda a la alcaldía de San Salvador pero no han sido atendidas.
"Como ven estamos a la orilla del río, pedimos a las autoridades que se hagan presentes porque no hemos tenido respuesta. Queremos que nos ayuden antes de que suceda una tragedia", expone Yolanda.
Doña Yolanda señala que hace un mes ella cayó al vacío, se dirigía al baño cuando perdió el equilibrio.
"Gracias a Dios no le pasó nada, pero fue a dar hasta allá abajo, la llevé al centro médico, pero gracias a Dios está bien", exclama su hija.
A la entrada de su humilde vivienda, doña Yolanda descansa en una silla. "¿Ustedes son del gobierno?" fueron sus primeras palabras.
La mujer manifiesta que espera todos los días la visita de entidades de la alcaldía o del gobierno central, pues su caso apunta es conocido por ellos.
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Daños se agravan desde la tormenta Amanda
Al igual que esta familia, alrededor de otras 20 están en la misma condición de peligro. Verilma de Zelaya, representante de la directiva de la comunidad explica que desde el 2020 con el paso de la tormenta tropical Amanda por territorio salvadoreño la ladera empezó a lavarse.
"Son alrededor de 20 casas las que están afectadas. Hemos solicitado ayuda en la alcaldía de San Salvador y al Ministerio de Obras Públicas. Lo que dicen es que ahorita no hay dinero para hacer muros de mitigación, entonces les hemos pedido que al menos nos hagan un dragado, pero ni a eso nos han respondido", expone.
Zelaya reside junto a otros tres familiares en la casa número 70. "Estamos al borde del abismo. Desde la tormenta Amanda se desbordó todo esto, se llevó la casa que estaba a la par mía, y luego se ha llevado tres casas hacia arriba, el muro y una parte de mi terreno", explica.
"Nadie nos ha venido a dar ni siquiera plástico. Nadie nos ha prestado atención, mucho menos ayuda", explica.
"Pedimos que nos ayuden con lo que puedan, aunque sea con cemento para tirar en la borda para que esto no se siga lavando o que nos den un lugar donde irnos", agrega Yolanda.
De manera improvisada las mujeres han puesto plástico en la borda. Una de sus preocupaciones, apuntan, es que puedan perder su casa y que tengan que seguir pagando la propiedad.
"Nosotros somos personas de escasos recursos, pago $185 mensuales al banco por la propiedad y el día que no pago ahí me vienen los intereses", apunta doña Karina.
La familia comenta que hace unos años lograron hacer un muro en la base del talud para evitar que la tierra se fuera lavando, pero que esto no ha sido suficiente, y se fueron formando grietas en la propiedad.
"Un día, al medio día que ya había pasado la tormenta, empezó a tronar todo esto, y empezamos nosotros a mover las cosas, en eso estábamos cuando todo se fue abajo", explica Yolanda.
José Antonio Quezada, de 70 años, dice que ha perdido toda confianza en la municipalidad y que su esperanza está puesta en Dios. Parte de su casa construida con láminas está al vacío, por su propia cuenta relata que ha colocado toldos en la ladera para evitar "un poco que se siga lavando".
"Aquí todo se está cayendo, aquí con toldos tengo todo, y esos toldos yo los conseguí no porque de otra parte por gusto. Uno va y pide ayuda y no responden, aquí solo Dios con uno", expone.
Don Antonio vive solo, dice que sobrevive buscando cachadas. Al consultarle si ve su vida en peligro al estar amenazada su vivienda, con resignación responde: ¿Y cómo le voy hacer?. En las noches yo me encomiendo a Dios y Dios se encarga de todo", expone.
Su petición a las instancias correspondientes es clara: un muro de contención y que se le brinde láminas y madera para poder construir de nuevo su casa.
Estebana de Alfaro vive igual incertidumbre, en su casa habitan dos adultos mayores, ella de 70 años, y su esposo de 85, una persona con dificultad para caminar y que adolece de enfermedades crónicas. "Pensar que se va a caer algo y que vamos a poder salir en carrera, ¿cómo?", cuestiona.
"Las casas se ven bonitas por fuera, pero para atrás están dañadas, se necesita que se haga algo ahí, acuérdese que cuando el río crece se lleva todo", expresa.
Al igual que sus vecinos opina que lo que se necesita es "la construcción de un muro".
Ante la falta de apoyo la comunidad, a través de la directiva, y de manera individual por familias han venido tomando acciones como colocar plásticos en sus terrenos, no obstante manifiestan que en cada invierno y con los sismos la situación se vuelve más grave.
Solicitud de información
Ante esta problemática, se buscó postura de la alcaldía de San Salvador Centro respecto a las denuncias de los habitantes de esta colonia. Se llamó al conmutador 2511-6000, pero no hubo respuesta. Se contactó además a través whatsApp a Julio Rosales, del área de comunicaciones, quien manifestó que revisará el caso, dado que "hay algunos temas, que por la magnitud de la obra no le corresponden a la alcaldía, sino a obras públicas, debido a que son trabajos de mayor envergadura", no obstante al cierre de esta nota no hubo respuesta.