El fuerte sol no fue impedimento para que cientos de residentes de Ahuachapán asistieran a la procesión de La Reseña, la cual es un Vía Crucis anticipado al Viernes Santo; pero que guarda mucha historia entre los lugareños.
No se sabe con exactitud desde hace cuántos años se realiza esta procesión en Ahuachapán; sin embargo, se conoce que data de hace más de cien años y que guarda dos aspectos que muchas personas en la actualidad desconocen.
Uno de ellos está relacionado a que antiguamente asistían a la procesión principalmente aquellas personas que eran originarias de la ciudad; pero que residían fuera de ella. Incluso personas que residían en el extranjero viajaban a su ciudad natal para participar en el recorrido que comprende más de un kilómetro.
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La procesión también fue conocida porque, en sus inicios, asistían principalmente las personas adineradas de la ciudad y que, incluso, pasaba por donde se encontraban sus viviendas.
Ellos iban con mucha solemnidad y vistiendo sus trajes de gala a pesar de que el recorrido inicia a las 9:00 de la mañana, que es una de las horas donde el sol es muy intenso.
El párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, padre Oseas Borja, señaló que la tradición data de más de cien años y que el calificativo de que se trataba de una procesión donde asistían personas adineradas se debe a que los feligreses iban vestidos con trajes de color negro y teniendo mucha solemnidad.
“Se decía eso porque la gente venía muy bien vestida, así tenía que ser siempre, incluso cuando iba a misa la gente, tenía que ir (bien vestida). Antes venían con traje negro, con traje elegante, aún así, soportando el calor ”, expresó el sacerdote.
En el Martes Santo, la mayor parte del recorrido de la procesión está alfombrado con hojas, veraneras, y con flores de todo tipo.
Las hojas y las flores tenían un propósito, en aquel entonces, pues al ser realizada la procesión en pleno sol, servían para que las personas no se quemaran cuando se arrodillaban en cada estación del Viacrucis.
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Hace más de dos décadas dejaron de asistir la mayoría de personas de renombre de la ciudad porque fallecieron o emigraron, al igual que lo hizo su familia; aunque la procesión continuó realizándose.
El nombre de La Reseña se debe a que señala el camino que llevará Jesús en el momento del Viacrucis del próximo viernes.
Es por ello, que su recorrido se hace a la inversa de dicha procesión, ya que sale de la iglesia Nuestra Señora de La Asunción hacia el sur de la ciudad, luego se incorpora al norte para regresar al sitio de salida.
Salvador Aquino tiene 93 años y desde que tenía 42 participa con devoción en la procesión de La Reseña.
Recordó que su padre le inculcó los principios cristianos debido a que pertenecía a la iglesia católica.
“‘No le voy a dejar nada de herencia hijo; pero le voy a dejar una herencia mejor: que siga la iglesia católica’, y ¡aquí estoy!”, relató el nonagenario, quien es miembro de la Asociación del Varones del Dulce Nombre de Jesús y la Virgen de Dolores.