Familiares y amigos de Carlos Manuel Meléndez, de 45 años, no han dejado de buscarlos desde que desapareció hace más de un mes. Ellos tienen la esperanza de encontrarlo con vida, aunque cada día que pasa, aumenta la angustia de no saber sobre su paradero.
Las personas no logran comprender lo que sucedió la noche del 13 de julio, que fue cuando lo vieron por última vez ya que se quedó en casa de un amigo, en el cantón La Hachadura, San Francisco Menéndez, en Ahuachapán.
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A la vivienda llegó para pasar la noche; por lo que en el corredor fue colocada una hamaca.
Las personas que residen en la vivienda escucharon que los perros comenzaron a ladrar insistentemente durante la noche; pero no salieron a verificar lo que ocurría.
Al día siguiente, Meléndez ya no estaba en la hamaca y una puerta del cerco, conocida como falso, estaba abierta, en la parte trasera del terreno.
Ese lado de la vivienda conduce hacia el río Paz por lo que imaginaron que había ido al afluente; pero tras varias horas, Meléndez ya no regresó.
Lo más extraño es que en la casa dejó la camisa y una cachucha que nunca solía quitarse.
“Ya se buscó por todos lados; entre la familia se ha andado buscando, se ha preguntado y no hay información. Se ha andado preguntando por toda la zona costera del cantón”, relató una conocida del hombre, Maritza Ramírez, al consultarle si habían obtenido información de Meléndez luego de un mes de que se reportó su desaparición.
La Policía Nacional Civil (PNC) recibió la denuncia de su desaparición un par de días después; pero a la fecha no ha informado a la familia sobre avances de las investigaciones.
La zona donde el hombre desapareció es limítrofe con Guatemala; por ello, las personas lo han ido a buscar a sitios cercanos con el vecino país con la esperanza de hallarlo, pero no han tenido resultados alentadores.
“La familia se ha resignado porque ya le dieron vuelta a todo y no han hallado pistas de nada. Cualquier información que tengan, avisen (a las autoridades)”, expresó la fémina.
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Meléndez trabajaba con como ayudante de albañil durante los fines de semana ya que los demás días, comercializaba leña.
Le gustaba ingerir bebidas embriagantes de forma ocasional; pero el día que desapareció se encontraba sobrio.