Los indicadores socioeconómicos de Ahuachapán Sur colocan a los pobladores de este municipio, en el occidente del país, en una situación adversa ya que, por ejemplo, 86 de cada 100 personas están ocupadas en un empleo informal, el 73 % reside en el área rural, la mitad de sus hogares vive en pobreza multidimensional (muy por arriba del dato país) y el 55.4 % de las personas se encuentran en hacinamiento, ya que hay más de tres personas por habitación, de acuerdo al "Mapa socioeconómico: Guía para los nuevos 44 municipios de El Salvador" que fue elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Sin embargo, sus pobladores también saben que se localizan en una de las zonas más importantes del país por sus reservas naturales y áreas ricas en biodiversidad al tener mar y una Área Natural Protegida (ANP) como el Bosque El Imposible, entre otros recursos.
Los pobladores están aprovechando esas condiciones para incrementar su resiliencia climática, a través de la protección de sus recursos productivos y la diversificación de sus medios de vida.
No lo hacen solos, sino que reciben apoyo de diferentes instituciones, como el PNUD, el Fondo de Adaptación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador, (FIAES) y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
Dichas organizaciones implementan el proyecto denominado Fortaleciendo la resiliencia climática de comunidades rurales y de los ecosistemas en Ahuachapán Sur, que está conformado por los distritos de San Francisco Menéndez, Jujutla, Guaymango y San Pedro Puxtla.
Ahuachapán Sur está ubicado en el corredor seco de El Salvador. Se caracteriza por su vulnerabilidad a eventos climáticos extremos como sequías, lluvias extremas, erosión del suelo e inundaciones y otros.
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Este panorama de desequilibrios sociales, económicos y ambientales interconectados, profundizan las condiciones de pobreza y ejercen una "carga doble" sobre las personas porque son más vulnerables a la degradación ambiental y a los efectos del cambio climático y tienen que hacer frente a dificultades en sus propios contextos, de acuerdo a información del PNUD.
Ahuachapán Sur tiene una extensión territorial de 591.43 kilómetros cuadrados y una densidad poblacional de 193,77 habitantes por kilómetro cuadrado.
A nivel nacional, el porcentaje de hogares en pobreza multidimensional es del 25.1 %; sin embargo, en Ahuachapán Sur, el dato es del 50.2 %, es decir que está arriba del porcentaje en los 44 municipios que conforman el país.
El PNUD explica, en su Mapa socioeconómico, que la pobreza multidimensional se refiere al porcentaje de hogares que reportaron privaciones en siete o más de los veinte indicadores incluidos de Pobreza Multidimensional de El Salvador.
Estos están agrupados en cinco dimensiones que son: educación, condiciones de la vivienda, trabajo y seguridad social; salud, servicios básicos y seguridad alimentaria; y calidad del hábitat.
Rosalba Molina conoce con propiedad los efectos del cambio climático, ya que este año se asoció con otras tres personas para cultivar maíz en 6.5 y dos manzanas en la colonia Miramar, caserío La Ceiba, cantón Cara Sucia, en el distrito de San Francisco Menéndez.
En la comunidad han sembrado históricamente frijol, maíz y maicillo. Las constantes lluvias de junio pasado inundaron el terreno, lo que provocó una pérdida en la primera siembra.
En la segunda siembra esperan obtener 100 quintales del grano básico, que serán repartidos entre los participantes del asocio. La cifra que prevén será el doble de lo obtenido en la primera siembra, que fue afectada por las lluvias.
Pero en medio de la adversidad, la ahuachapaneca ha ampliado sus conocimientos para mejorar sus cosechas al ser una de las personas beneficiadas con el proyecto denominado Fortaleciendo la resiliencia climática de comunidades rurales y de los ecosistemas en Ahuachapán Sur.
Anteriormente utilizaba, por ejemplo, fertilizantes que tienen componentes químicos "que en vez de ayudar a nuestro medio ambiente, mejor lo deteriora".
Veinte familias de la comunidad también han aprendido a elaborar abono orgánico, el cual tiene un bajo costo y utilizando, principalmente, insumos que tienen a su alrededor, como la tierra negra, carbón, la cáscara de café e, incluso, las hojas que se deterioran, entre otros.
Otro aprendizaje que las personas han tenido es sobre la selección de la semilla que utilizarán para la cosecha del siguiente año.
Una de las recomendaciones que recibieron es que deben de seleccionar la semilla que se encuentra en medio de la mazorca, ya que es la que se cosechará mejor. Anteriormente no tenían cuidado al momento de la selección; es decir, les era indiferente si la semilla escogida entra de los extremos.
"Son cosas que yo desconocía; eso hace una mejor producción y lo bueno de todo que ya sabiendo seleccionar, uno ya no va a estar atenido porque la mayoría de las personas nos acostumbramos a que el gobierno nos ayudara. Pero ya con este conocimiento que he adquirido ya no va a ser necesario estar atenida que alguien más me va a venir a dar la semilla porque yo solita la voy a seleccionar y la voy a proteger", relató la ahuachapaneca.
Objetivo y resultados
El proyecto busca reducir la vulnerabilidad de las comunidades y de los ecosistemas productivos en San Francisco Menéndez con una intervención de ecosistemas enfocado en la restauración de paisajes críticos.
También promueven alternativas productivas resilientes al clima y económicamente viables.
Como parte de los resultados del proyecto, incluso, las comunidades han elaborado un recetario de especies resilientes, el cual ofrece una variedad de árboles, plantas, granos y hortalizas con alto valor nutricional, idóneas para mejorar la alimentación familiar con preparaciones dulces y saladas, según el Ministerio de Medio Ambiente.
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Su titular, Fernando López, señaló durante una actividad donde se dieron a conocer avances del proyecto, que "se trata de hacer un balance entre la sostenibilidad ambiental con el crecimiento económico. Recordemos que la agricultura no solo es de subsistencia, sino que también busca generar un crecimiento económico". Añadió que este proyecto también tiene un componente importante de gobernanza local. "Es que no se puede trabajar solo desde las instituciones, sino que debe haber un involucramiento directo de los actores locales", dijo.
El proyecto que impulsan las organizaciones en Ahuachapán Sur beneficia a 1,315 hogares, es decir, 10,018 pobladores. Esperan restaurar 3,865 hectáreas de paisaje forestal en San Francisco Menéndez. Con ello, aumentarán la cobertura forestal, garantizando la reducción de la degradación de la tierra y que la productividad se mantenga resiliente al cambio climático.
La colonia Miramar, caserío La Ceiba, cantón Cara Sucia, en el distrito de San Francisco Menéndez, tiene 39 años de fundación; ahí hay otras necesidades, principalmente relacionadas al mejoramiento de las vías de acceso.
Bancos de semillas resilientes al clima en comunidades locales, capacidad mejorada para generar información climática (equipo y personal) y un plan local de adaptación al clima, son parte de las metas planteadas. Además han establecido bancos comunitarios de semillas resilientes al clima en coordinación con las oficinas locales del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA). El periodo de implementación del proyecto es de octubre de 2020 a octubre de 2024.