Ahora en el cantón Guayapa Abajo, del distrito de Jujutla, en Ahuachapán Sur, hay una comunidad que le apuesta a cambiar no solo la forma de cultivar, sino también la forma de como cuidar su tierra y el agua a través de la planta canavalia, de la cual hablan con orgullo y satisfacción.
“En la parcela de Asaldeguay antes el calor era insoportable; ahora la frescura en este momento se siente, es el microclima con el suelo verde”, expresa Karla Yesenia Trujillo, extendiendo su manos y su mirada sobre la extensa alfombra verde formada por la canavalia; una planta cuya raíz llega a tener una profundidad de hasta un 1.50 metro, lo que facilita una mayor filtración de agua.
Además es una planta que tiene muchos nutrientes, lo cual permite que al momento de la poda, las hojas y tallos que se quitan se dejen en el terreno para transformarse en abono, aportando nitrógenos y otros nutrientes.
La proyección es que en un lapso de tres años el suelo esté enriquecido para dar buena cosechas
Y si eso no fuera suficiente, la planta africana también atrae insectos, lo cual evita que estos lleguen a los cultivos y afecten las cosechas. Además, la planta es dañina para los insectos
En los próximos años, la meta es que cuando el suelo esté ya nutrido tenga diferentes cultivos; siempre protegidos por la canavalia.
Este es el primer año en que la Asociación Administradora de Acueducto Agua Saludable de Guayapa (A.A.A.ASALDEGUAY), le apuesta a la canavalia para nutrir el suelo y cosechar agua; es decir ayudar a la filtración de la lluvia.
“Comoa Asaldeguay compramo siete manzanas de terreno, se ha cultivado con árboles frutales y forestales, y se está protegiendo el suelo con canavalia”, explica Alex Mejía, presidente de la asociación.
A finales de julio pasado, la comunidad estuvo de fiesta cuando se inauguró el mejoramiento del proyecto de agua potable, que incluyó 1,544 metros de tubería para optimizar la red de distribución, la construcción de dos reservorios de 50 metros cúbicos cada uno, para aumentar la capacidad de almacenamiento. El agua que se extrae del pozo sirve tanto para el consumo, como para el regadío de los cultivos en verano.
“Del pozo se abastecen los reservorios, ahora (en invierno) se llenan con agua lluvia, pero en verano se bombea el agua a los reservorios para los cultivos , luego hay sistema de riego para los cultivos, riego por goteo”, expresa Mejía.
Sin embargo, garantizar a futuro el suministro de agua les ha llevado a dar otro paso.
“Se trascendió de ser alguien que hace el uso y aprovechamiento para beneficiar a más de mil familias hacia el que hacer para sembrar más agua y garantizar que haya para las familias en el futuro”, explica Mejía con sencillez pero convencido de la importancia de cuidar el recurso hídrico y la tierra. Cosechar agua significa captarla y facilitar que se filtre en el suelo.
En el terreno de Asaldeguay, donde está sembrada la canavalia, cuando llueve el agua cae en las hojas de la planta, evitando que el agua se vaya de paso y permitiendo que se filtre en el suelo.
“El agua que sembramos acá puede ser que no salga en el pozo de Asaldeguay, sino en otra junta de agua, en otro pozo, un río o quebrada; eso depende de la condición del suelo”, explica Karla Trujillo, de Tierra Saludable Ameyalli, quien asesora a Asaldeguay.
Mejía expresa que tenían la preocupación de filtrar más agua, por eso en la propiedad hicieron 2, 000 metros acequia y 2,000 metros de barreras vivas, además de sembrar árboles “y ahora siembra de canavalia, es la primera vez con ese producto acá”.
Daniel Torres, ingeniero agrónomo de Catholic Relief Services (CRS), expresa abiertamente que antes “yo era fiel defensor de obras físicas, de andar excavando, perturbando el suelo, pero lo que escarbaba se lo lleva la lluvia. Es cierto que un metro cuadrado de acequia absorbe hasta cinco barriles de agua en una lluvia de unos 30 minutos: pero cuando está cubierto (de carnavalia) el agua cae en las hojas, no directo al suelo. Y ahí controlamos la erosión y se nutre el suelo”.
Además, como la planta africana retiene la humedad del suelo, los cultivos en el lugar pueden resistir “una canícula de 20 a 25 días, no provoca estrés hídrico a las plantas y eso nos da que vamos a sacar la producción”, añade el ingeniero, quien además es gerente de agricultura del programa Raíces El Salvador y apoya a Asaldeguay.