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Canavalia, la planta africana que ayuda a sembrar agua en Guayapa Abajo

Un puñado de apenas unas 25 semillas de canavalia que llegaron desde África a El Salvador fueron el origen de la transformación de paisajes, suelos, cosechas y filtrar agua en diferentes campiñas del país

Por E. Chacón | Ago 29, 2024- 04:30

Ahora en el cantón  Guayapa Abajo, del distrito de Jujutla, en Ahuachapán Sur,   hay una comunidad que le apuesta  a cambiar no solo la forma de cultivar, sino también la  forma de como cuidar su tierra y el agua a través de la planta canavalia, de la cual hablan con orgullo y satisfacción.

“En la parcela de Asaldeguay  antes el calor era insoportable; ahora la frescura en este momento  se siente, es el microclima con el suelo verde”, expresa  Karla Yesenia Trujillo, extendiendo su manos y su mirada sobre la extensa alfombra verde formada por la canavalia; una planta cuya raíz  llega a tener una profundidad de hasta un 1.50  metro, lo que facilita  una  mayor filtración de agua.

Flor de la canavalia. Foto EDH/ E. Chacón

Además  es una planta que tiene muchos nutrientes, lo cual permite que al momento de la poda, las hojas y tallos que se quitan se dejen en el terreno para transformarse en abono, aportando nitrógenos y otros nutrientes. 

La proyección es que en un lapso de tres años el suelo esté enriquecido para dar  buena cosechas 

Y si eso no fuera suficiente, la planta africana también atrae insectos, lo cual evita que estos lleguen a los cultivos y afecten las cosechas. Además, la planta es dañina para  los insectos 

En los  próximos años, la meta es que cuando el suelo esté ya nutrido  tenga  diferentes cultivos; siempre protegidos por la canavalia.

Este es el primer año en que la Asociación Administradora de Acueducto Agua Saludable de Guayapa (A.A.A.ASALDEGUAY), le apuesta a la canavalia para nutrir el suelo y  cosechar agua; es decir  ayudar a la filtración de la lluvia. 

“Comoa Asaldeguay compramo  siete manzanas de terreno,  se ha cultivado con árboles frutales y forestales,  y se está protegiendo el suelo con canavalia”,  explica Alex Mejía, presidente de la asociación. 

A finales de julio pasado, la comunidad estuvo de fiesta cuando se inauguró el mejoramiento del proyecto de agua potable, que incluyó 1,544 metros de tubería para optimizar la red de distribución, la construcción de dos reservorios de 50 metros cúbicos cada uno, para aumentar la capacidad de almacenamiento. El agua que se extrae del pozo sirve tanto para el consumo, como para el regadío de los cultivos en verano. 

Este es uno de los reservorios de captación de agua. Foto EDH/ E. Chacón

“Del pozo se abastecen los reservorios, ahora (en invierno) se llenan con agua lluvia, pero en verano se  bombea el agua a los reservorios para los cultivos , luego hay sistema de riego para los cultivos, riego por goteo”, expresa Mejía.

Sin embargo, garantizar a futuro el suministro de agua les ha llevado a dar otro paso. 

“Se trascendió de ser alguien que hace el uso y aprovechamiento para beneficiar a más de mil familias  hacia el que hacer para sembrar más agua y garantizar que haya  para las familias en el futuro”, explica Mejía con sencillez pero convencido de la importancia de cuidar el recurso hídrico y la tierra. Cosechar agua significa captarla y facilitar que se filtre en el suelo.

En el terreno de Asaldeguay, donde está  sembrada la canavalia,  cuando llueve el agua cae en las hojas de la planta, evitando que el agua se vaya de paso y permitiendo que se filtre en el suelo.

“El agua que sembramos acá puede ser que no salga en el pozo de Asaldeguay, sino en otra junta de agua, en otro pozo, un río o quebrada; eso depende de la condición del suelo”, explica Karla Trujillo,  de Tierra Saludable Ameyalli, quien asesora a Asaldeguay. 

Mejía expresa que  tenían la preocupación de filtrar más agua, por eso en la propiedad  hicieron  2, 000 metros acequia y 2,000 metros de barreras vivas, además de sembrar árboles “y ahora siembra de canavalia, es la primera vez con ese producto acá”.

Daniel Torres, ingeniero agrónomo de Catholic Relief Services (CRS), expresa abiertamente que antes “yo era fiel defensor de obras físicas, de andar excavando, perturbando el suelo, pero lo que escarbaba  se lo lleva la lluvia. Es cierto que un metro cuadrado de acequia  absorbe hasta cinco barriles de agua en una lluvia de unos 30 minutos: pero cuando está cubierto (de carnavalia)  el agua cae en  las hojas, no directo al suelo. Y ahí controlamos la erosión y se nutre el suelo”.


Además, como la planta africana retiene la humedad del suelo, los cultivos en el lugar  pueden resistir “una canícula de 20 a 25 días,  no provoca estrés hídrico a las plantas  y eso nos da que vamos a sacar la producción”, añade el ingeniero,  quien además es gerente de agricultura del programa Raíces El Salvador y apoya a Asaldeguay.

La comunidad de Guayapa Abajo, de Asaldeguay, explica su proyecto ambiental en el marco del Segundo Congreso y sexto taller de periodismo y comunicación ambiental organizado por FIAES, CRS y REDLAC. Foto edh/E. Chacón

KEYWORDS

Agricultura Ecológica Ahuachapán Sur Cambio Climático Comunidades FIAES Fondo De Inversión Ambiental De El Salvador Jujutla Ver Comentarios

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