Los jóvenes y adolescentes representan un sector de consumo frecuente de sustancias como alcohol y tabaco, según reveló la Encuesta Nacional de Salud Mental, realizada a finales de 2022; una situación que ha encendido las alarmas de los especialistas quienes advierten esto ha incrementado posterior a la cuarentena por covid-19.
El estudio dirigido por el Instituto Nacional de Salud (INS) realizó un sondeo a nivel nacional. Abarcó el área rural y urbana para tomar una muestra de 6,841 hogares de los cuales se analizó el estado de salud de sus miembros, durante noviembre del año pasado.
La directora del INS, Xochitl Sandoval, inicialmente brindó los resultados a un grupo de representantes del área de salud entre médicos y otros funcionarios. Explicó la necesidad que existía de realizar dichos estudios debido a que “el área de la salud mental ha sido una de las más desprotegidas.
¿Cuántos psiquiatras tenemos en el país para atender estas necesidades? Lamentablemente muy pocos”, señaló la médica afirmando que “de ninguna forma es una excusa”, calificando este como el año de la salud mental.
Según los resultados revelados, el 65% de los jóvenes entre 13 y 17 años han consumido tabaco alguna vez en su vida, 15.6% lo hicieron durante los últimos meses (al momento de realizar la encuesta), mientras que el 9.4% afirmó que lo hace de forma regular.
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Tras comparar estas cifras con el resto de grupos encuestados se determinó que los adultos entre 18 y 59 años, solo el 6.3 consume tabaco de forma regular; por otra parte el 4.8% de los adultos mayores se considera un consumidor frecuente de esta sustancia.
La doctora Sandoval señaló que estos resultados deben servir como una guía para que el sistema de salud tome decisiones y estrategias con el fin de fortalecer la atención, tratamiento y recuperación de los afectados.
“El impacto de la salud mental va más allá de la esperanza de vida de un pueblo. Por ello, realizamos esta encuesta para describir la situación del estado emocional de la población salvadoreña”, afirmó Sandoval el pasado 9 de marzo de este año.
Para la directora del INS esta información debe servir para evaluar la efectividad de la política pública debido a que “la encuesta destaca la urgente necesidad de mejorar los servicios y los recursos disponibles para abordar los problemas de salud mental de la población. Debe abordarse desde un enfoque más integral”.
Cada año, en promedio, 1,600 personas pierden la vida en el territorio salvadoreño producto de enfermedades derivadas del tabaquismo, según indicó un informe del Ministerio de Salud presentado a finales de mayo.
Los fumadores pueden llegar a desarrollar enfermedades cardiovasculares, cáncer de tráquea, cáncer de lengua, cáncer de pulmón, daño renal, en el hígado, inclusive si solo son fumadores pasivos.
Incremento de adicciones en mayores de 60 años
Durante la presentación del informe la directora del INS afirmó que se había detectado un incremento de las adicciones especialmente en adultos mayores a los 60 años, específicamente al consumo de tabaco y sustancias alucinógenas.
Según la encuesta, el 39.7% de las personas entre 18 y 59 años han consumido alcohol al menos una vez en la vida; mientras que el 13% lo hace de forma regular.
En el caso de los adultos mayores las cifras indican un 42% de personas que han consumido al menos una vez en la vida, pero el 7.3% de esta población lo hace de forma recurrente.
Las personas de 18 a 59 años que han consumido tabaco al menos una vez en la vida se sitúa en el 19%; mientras que un 6.3% lo hace de forma más frecuente.
Los mayores de 60 años expresaron que un 30.2% ha consumido está sustancia alguna vez en la vida; mientras el 4.8% lo hace de una forma más regular.
Sandoval externó su preocupación ante esta situación debido a que los adultos mayores se están exponiendo a sufrir enfermedades crónicas o complicaciones en padecimientos ya existentes.
Sustancias psicoactivas
En cuanto a la prevalecía de sustancias psicoactivas como cannabis, cocaína, anfetaminas, inhalantes, sedantes, alucinógenos y opiáceos (heroína, morfina, metadona, codeína), los investigadores no incluyeron a los menores de edad, concentrando únicamente en dos grupos de la población:
En el primero de ellos de 18 a 59 años, el 4.4% alguna vez en la vida han incurrido en la ingesta de dichas sustancias. Sólo el 1.6% aceptó hacerlo de una forma más regular.
En cuanto a los mayores de 60 años, el 5.8% detalló haber consumido una la menos una vez en la vida; mientras el 1.8% es un consumidor regular.
