Kevin Magdiel Hernández Zetino, de 28 años, tenía nueve días de trabajar en la construcción del edificio de la FGR en Santa Elena, Antiguo Cuscatlán, cuando el pasado 20 de septiembre un desprendimiento de tierra cayó sobre él causándole la muerte. Otros siete de sus compañeros resultaron lesionados.
Kevin Hernández, tenía 28 años, y fue sepultado este 22 de septiembre. Vecinos de Nahuizalco, su lugar de residencia, los recordarán como "buena persona y trabajador". Video EDH / Menly González.
Su hermano menor Selvin Hernández estaba también en ese momento porque había sido contratado tres días antes en la misma obra.
“Fue en un abrir y cerrar de ojos, creo que de la impresión no pudo hacer mucho por escapar, aparte tenía de frente el muro, no había por donde escapar”, explicó Selvin quien estaba durante el hecho al menos a dos metros de lo ocurrido.
Selvin afirma que él y los demás trabajadores vieron el paredón de tierra como un peligro, porque no había sido protegido contra las lluvias
y sobre todo porque era frecuente que pasara maquinaria pesada que causaba fuertes vibraciones. “En ocasiones uno ve las cosas y las comunica,
pero por ser uno un simple trabajador no le hacen caso los jefes”, expresó durante el velorio de Kevin en Nahuizalco, que se realizó en la casa donde viven cuatro de los siete hermanos que conforman la familia.
Selvin no recuerda bien lo último que habló con su hermano, pero asegura que fue sobre el trabajo, ambos trabajaban como carpinteros en la construcción. La tragedia lo ha marcado de tal manera que está pensando en no regresar a la obra para evitar los malos recuerdos.
Kevin era el segundo de siete hermanos, cinco varones y dos mujeres. Su madre murió hace 10 años a causa de un cáncer y su padre formó otro hogar, por lo que entre hermanos se han hecho responsables entre sí, ayudándose los unos a los otros.
Juan Vicente Hernández de 33 años, el mayor de los hermanos, fue quien se ha encargado de la familia desde la enfermedad y muerte de su madre. Reconoce los esfuerzos de su hermano para sacar a la familia adelante. “Por Kevin somos famosos ahora en las construcciones, hasta nos dicen “Los Kevin” y nos llaman a las obras porque somos buenos trabajadores”, comentó.
Juan Vicente, quien llegó a la construcción minutos después del accidente, porque estaba trabajando en otra construcción cercana, relató que Kevin buscó trabajo en carpinterías de Nahuizalco desde muy joven. Su primer trabajo fue en la construcción lo consiguió en la presa El Chaparral cuando tenía 19 años.
“Siempre fue bien aplicado, aprendió rápido, nos enseñó lo que sabía y logró que nos dieran trabajo a nosotros también“.
Posteriormente Kevin trabajó en otras obras y ya tenía una trayectoria de 10 años como carpintero en obras. Con su trabajo, él y sus hermanos pudieron comprar un terreno y construir una casa para todos en el cantón Sisimitepec de Nahuizalco. Kevin estaba enfocado en su trabajo y en sus hermanos, por lo que no tenía pareja ni hijos. La pérdida de su vida deja un gran vacío entre sus familiares y amigos.
Ricardo Mendoza, un albañil veterano de cabello blanco, y cuyas manos denotan que ha sido un trabajador de toda la vida, conoce a los hermanos Hernández Zetino desde pequeños. Llegó al entierro para consolar en su dolor a la familia. “Estos jóvenes han sido niños huérfanos y entre ellos han salido adelante; Kevin quería a su hermano Juan como su padre, por eso siempre su sueldo se lo daba para que él lo administrara”, comentó Mendoza de 76 años de edad.
Mendoza comenta que Kevin y sus hermanos lucharon por mantenerse como personas buenas y trabajadoras en medio del bombardeo (reclutamiento) de los grupos delincuenciales, incluso tuvieron que huir a otro cantón donde vivieron antes para no tener problemas. Luego, en Sisimitepec, él ayudó a los hermanos en los trabajos de la fundación de la casa y a construir un pozo; el albañil tuvo un quebranto de voz mientras contaba las vivencias con Kevin.
Los hermanos del fallecido creen que Kevin murió porque no había un sistema de emergencias en la construcción, porque los mismos trabajadores tuvieron que rescatar a sus compañeros, y por la negligencia hecha por la seguridad de la empresa que no permitía el ingreso de ambulancias, pues el carpintero fue rescatado de la tierra aún con vida y murió posteriormente camino al hospital.
Kevin Hernández fue enterrado ayer en el Cementerio Municipal de Nahuizalco a medio día, el servicio fúnebre fue costeado por la empresa constructora.