Gerardo Fuentes, el motorista del bus de la ruta 383 “La cantinflas” que se accidentó en el municipio de Chirilagua, en el departamento de San Miguel, el pasado martes 17 de octubre, fue trasladado hacia el Hospital Nacional San Juan de Dios después del percance vial en estado crítico, según testigos.
Se especuló en un momento que había fallecido, pero testigos indicaron que él había sido sometido a una cirugía de la cual sobrevivió y ha permanecido bajo custodia policial.
Miembros de la iglesia Apóstoles y Profetas de playa El Tamarindo, en La Unión, dijeron que el conductor había sido dado de alta y detenido inmediatamente por las autoridades para ser procesado por la muerte de diez pasajeros a bordo de la unidad que manejaba, pero esa información no fue confirmada por las autoridades.
Conocidos de él dijeron a través de redes sociales que Fuentes está retenido en el hospital mientras se recupera para ser trasladado a bartolinas y enfrentar cargos.
Trató de detener el bus
Según los testimonios de sobrevivientes, el conductor no pudo reducir la velocidad por fallo en el sistema de frenos en las Curvas de La Vaca del cantón El Capulín.
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Pasajeros se percataron del intento de Fuente de detener la unidad, pero por la pendiente el bus alcanzó una velocidad de 140 kilómetros por hora y no le quedó más que chocar con un paredón para no caer al precipicio o colisionar con otro vehículo.
A pesar de que la tragedia dejó 10 víctimas mortales y más de 50 lesionados, toda la comunidad y la congregación siente indignación por la detención debido a que están conscientes de que se trató de un accidente en que él casi pierde la vida. En redes sociales han expresado solidaridad y apoyo.
Conocido en la zona
Según personas cercanas a él, Fuentes se ha dedicado por muchos años a conducir unidades del transporte público en la zona y se ha caracterizado por ser muy responsable en sus obligaciones, respetuoso y amable con los usuarios.
El “hermano Lupito”, uno de los sobrevivientes del accidente, relató lo vivido en esos momentos de angustia previos a la colisión y reconoció que el chofer hizo un gran esfuerzo por proteger la vida de los pasajeros.
“Este muchacho desde la primera hasta la sexta curva las pasó bien, pero cuando llegamos a la curva que es bien estrecha, empezó a frenar y frenar. Pobrecito, daba lástima pero el bus desde arriba agarró gran velocidad y empezaron a tronar las láminas del bus. Él hizo todo lo posible”, relató.
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“Si él (Fuentes) se hubiera cortado (entrado en shock) a la primera, todos hubiéramos muerto porque el bus se hubiera ido a pique para el gran barranco, porque el bus solo iba corriendo con las llantas de adelante, las de atrás quedaron friccionadas y aún así (Fuentes) logró controlarlo en los últimos giros y fue cuando toda la gente se pasó a un solo lado asustada pero cuando el bus ya pegó en el palo de aceituno lo partió y pegó en unas rocas”, agregó.
El impacto
Don Lupito dice que sintió que el bus se fue en retroceso después de la colisión, momento en que los asientos se movieron violentamente y fueron los que les causaron los daños a las personas. El chofer logró salir del bus con una fractura en su brazo y pie y comenzó a sacar a las personas con los demás que lograron salir de la unidad de transporte.
Las autoridades no brindaron mayores detalles, pero serán las investigaciones más las pruebas testimoniales las que determinen la responsabilidad de los hechos, por lo que el motorista continuará bajo custodia hasta que se recupere y se mantendrá detenido mientras se le procesa por homicidio y lesiones culposas (no intencionales).