Los motociclistas son los más vulnerables en las calles de El Salvador. En eso coinciden dos especialistas ante los niveles de accidentalidad en los que han estado involucrados conductores de motocicletas.
Factores como la infraestructura y el diseño vial en general, los patrones de desplazamiento de las personas o conductores y cómo “conviven” los diferentes medios de transporte en la carretera, son claves para comprender los niveles de accidentes que se registran en el país, más allá de las cifras solamente.
“En una infraestructura relativamente estrecha, diferentes medios de transporte simultáneamente están compitiendo entre ellos y, pues, las motocicletas llevan las de perder por ser más frágiles”, analiza el arquitecto y especialista en desarrollo urbano, Carlos Ferrufino.
“Pedir considerar la vulnerabilidad del motociclista, no estigmatizar, no todos los motociclistas manejan mal”
Oscar Picardo, Director de Investigaciones UFG
“El motociclista es muy vulnerable por la propia condición física del vehículo. Hay una serie de factores de vulnerabilidad que elevan ese nivel de accidentes que tenemos”, agrega el Director de Investigaciones de la Universidad Francisco Gavidia, Oscar Picardo.
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Ambos profesionales señalan que la infraestructura vial, en especial la del área metropolitana de San Salvador, tiene limitantes como calles en mal estado, tragantes sin sus tapaderas y que cada vez las vías se quedan estrechas en relación al volumen de tráfico que a diario circula por ellas, lo que posibilita que cualquier tipo de vehículo, en particular las motocicletas, estén más expuestos a tener un accidente.
Otro análisis que hacen estos profesionales es que “si yo recorro distancias más largas (para ir al trabajo, a los centros de estudio, centros de salud, al hogar, etc.) voy a estar más cansado y menos atento a lo que está sucediendo a mi alrededor, lo que puede tener incidencia en mi concentración y por lo tanto estar más expuesto a un accidente”, reflexiona Ferrufino, quien también es catedrático de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA).
“Hay una infraestructura vial cada vez más estrecha, en relación al volumen de tráfico, en este espacio hay todo tipo de vehículos y entre ellos la motocicleta es la más vulnerable”
Carlos Ferrufino, especialista en planificación urbana y académico
“Otro problema es que unos conducen a altas velocidades, golpean gente, carros; entonces, esto es un tema de cultura de manejo, falta de precaución, de sentido común. Un factor más que tiene que ver con la seguridad es la falta de uso de equipo de protección; aparte, unos utilizan cascos que no son certificados y que no protegen mayor cosa y ante un accidente fácilmente tienen traumas craneales que afectan a la vida”, añadió Picardo.
Accidentes y parque vehicular
En cuanto a percances viales de motocicletas, del 1 de enero hasta el 28 de abril de 2023, se registraron 956 accidentes, en estos, 783 personas resultaron lesionadas y 154, fallecieron. En el mismo periodo de 2022, hubo 936 accidentes de motocicletas y 147 personas fallecieron en estos, de acuerdo a datos del Observatorio Nacional de Seguridad Vial (ONASEVI).
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En todo 2022, fallecieron 439 motociclistas en siniestros viales, de acuerdo con el Informe Anual de Siniestralidad Vial en El Salvador de ese año.
Datos hasta enero de 2023 del Registro Público de Vehículos Automotores de El Salvador, determinan que en el país circulan 490,155 motocicletas (30.85 %) y 1 millón 112,664 vehículos (69.42 %).
Un aumento anual en promedio de 112 mil automotores de todo tipo (7 %) que transitan por las calles de todo el país. Este incremento convierte zonas como el área metropolitana, en una “olla de presión” para que ocurran accidentes. En números, en 2022 ocurrieron 17 mil 408 accidentes y 1,352 personas fallecieron en dichos siniestros viales.
Búsqueda de políticas públicas
Estas cifras también son resultado del incumpliento de la ley vial, ante esto el viceministro de Transporte, Nelson Reyes, señaló recientemente que “con las reformas a la ley (de Tránsito Terrestre) no buscamos imponer más esquelas, sino crear una mejor cultura vial en el país y garantizar la seguridad de todas las personas que transitan por los espacios de circulación”.
Por su parte, Picardo hace un llamado al Estado pues “es importante tener una vigilancia, multas, educar a la gente. Hay que mejorar aquellas vías públicas en estado crítico, solucionar el problema del robo de tapaderas de tragantes, señalizar bien las calles, pues cuando es de noche o llueve la situación se pone más crítica, sobre todo para motociclistas”.
De acuerdo al portal web de la Presidencia, el Gobierno contempla alternativas para mejorar la movilidad vial; entre ellas, el uso de semáforos inteligentes e incluso un sistema de transporte sobre rieles o autobuses eléctricos, a fin de incentivar a la población a utilizar el transporte público.
Ferrufino secunda esta idea con que “en la política pública del Estado, si se quiere atender este problema, debemos intervenir sobre el transporte público”. Al mejorar el sistema público, con garantías de seguridad, horarios y calidad, esto podría ser un incentivo para que conductores de motos, por ejemplo, prefieran usar el transporte público, supone el académico. “Esto dará frutos en el mediano y en el largo plazo”.
En tanto, mientras se busca una mejora que pueda ser integral, Picardo, quien también maneja motocicleta, pide a los demás conductores “considerar la vulnerabilidad del motociclista, no estigmatizar, no todos los motociclistas manejan mal o cometen infracciones”.