Entre consignas, pañoletas verdes, canciones, velas y flores, organizaciones feministas sentaron su posición en contra de la penalización absoluta del aborto. Además, recordaron y honraron la memoria de mujeres que han sido un pilar en la lucha por la autonomía de los cuerpos de las mujeres en El Salvador.
Entre las asistentes había mujeres jóvenes y mayores, la mayoría de ellas complementaba su vestuario con una pañoleta verde en sus cabezas, cuello o muñecas, símbolo internacional de la lucha por la despenalización del aborto. Entre las decenas de personas se encontraba Ana Gladys Chinchilla de la Red Salvadoreña de Defensoras de Derechos Humanos, para ella, la despenalización del aborto en el país es una necesidad.
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“Hay mujeres encarceladas que están ahí por delitos que no cometieron”, expresó. También mostró preocupación por las mujeres de escasos recursos que no han tenido lo suficiente para poder acceder a una buena alimentación, “Ellas son más propensas a tener abortos espontáneos”, destacó Gladys.
Uno de los aspectos más relevantes que destacó Gladys, en coro con todas las asistentes, fue la necesidad de velar por todas esas niñas y adolescentes que han sido víctimas de violencia sexual y además han sido forzadas a tener a hijos no deseados. Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas en El Salvador (UNFPA), en 2019 hubo 42 niñas embarazadas por día entre los 10 a 19 años.
Ana Chinchilla, además, denuncia que el Estado no cumple lo que mandata la Constitución de garantizar el acceso a la justicia y no ha garantizado que existan pruebas de cargo suficientes. “Las mujeres que han sido condenadas, todas han sido defendidas por abogados de la procuraduría, en los que hubo casos en donde los abogados han llegado a leer el expediente justo en el momento de la audiencia”, explicó.
Según el Mapa de Embarazos del 2020, de UNFPA, uno de cada cuatro embarazos es de una niña o una adolescente, en El Salvador. Además, las cifras también demuestran que desde el Estado no se está haciendo el esfuerzo suficiente para prevenir los embarazos en la niñez y adolescencia. La cobertura de atenciones preventivas a nivel nacional sigue siendo mínima, con solo un 8 % de la población adolescente participando.
Con ello, el informe concluye que resulta difícil pretender un impacto positivo que acelere la adecuada reducción de los embarazos en niñas y adolescentes sin la inversión en los programas de prevención de riesgos y el fortalecimiento de habilidades para la vida dirigidos a la niñez y adolescencia.
Sonia Sánchez, feminista y defensora de derechos humanos, dijo que se presta poca importancia a la salud integral de las mujeres y que es necesario estar consciente de que no todos los embarazos son viables. “Al estar penalizado, obligan a la mujer a continuar con embarazos fallidos, embarazos que atentan contra su vida”, destacó.
Además, Sonia recuerda a Beatriz, la mujer que colocó la lucha por alzar la voz en contra de la penalización del aborto, al pedir la interrupción de un embarazo que estaba poniendo en riesgo su vida, “Creemos que el 28 de septiembre Beatriz es ese símbolo de resistencia y de lucha ante de la despenalización del aborto”, relató.