El abogado José Marinero, presidente de la Fundación Democracia, Transparencia y Justicia (DTJ), señala que las palabras “amenazantes” del ministro de Trabajo, Rolando Castro, al afirmar este jueves que toda persona que marche en las calles el 1 de mayo conmemorando el Día Internacional del Trabajo, será considerado defensor de las pandillas; es una de “las expresiones más descaradas del talante autoritario de este gobierno”.
“Lo está haciendo en conferencia de prensa, sin ningún empacho, mandando a amenazar, intimidando, descalificando en vivo y en directo con el lenguaje, las maneras y los mensajes del autoritarismo más rancio. Estoy sorprendido, han perdido todas las máscaras”, lamentó Marinero.
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Opina que la coacción si bien aún no la está ejerciendo con violencia física, las palabras de Castro son una forma de violencia verbal que intimida, estigmatiza y amenaza con capturar a quienes se manifiesten el 1 de mayo en una celebración a la que la población tiene derecho constitucionalmente.
Según dijo, busca meter miedo en la ciudadanía, haciéndoles ver que si marchan en las calles serán tratados como “enemigos”, al aplicar las mismas medidas represivas que el gobierno está ejecutando en contra de las pandillas valiéndose del régimen de excepción.
“Está atribuyendo una condición, una conducta por adhesión, dice: ‘todos los que salgan a marchar son con los pandilleros o son pandilleros’, está recurriendo al argumento falaz de atribuir una condición negativa a todos aquellos que disienten con este gobierno, básicamente el mensaje es: o estás conmigo o estás contra mí, no hay puntos intermedios y si estás contra mí, sos un enemigo que merece ser perseguido, encerrado y eliminado”, reflexionó Marinero.
Recomienda que lo mejor que la gente puede hacer es tomar la advertencia de Castro con “indignación”, que el “miedo y la división” que los funcionarios del gobierno pretenden inculcar en la población, se convierta en defensa del derecho de expresarse libremente.
“A pura matonería quieren que les entreguemos nuestros derechos, que se los cedamos, eso es lo peor que podríamos hacer, sería un error de nuestro lado como ciudadanía”, valoró.
Para Marinero, la forma en como Castro salió al paso de las marchas del 1 de mayo, es una muestra de que el gobierno teme a esos sectores de la sociedad que no comparten sus políticas gubernamentales.
Por otro lado, califica de contradictorio que el gobierno se base en que el régimen de excepción suspende el derecho de reunión; pero el Ejecutivo convoque a los sindicatos aliados a un encuentro con el oficialismo.
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Mientras que Humberto Sáenz, presidente de Acción Ciudadana, manifestó que el rol fundamental del ministro de Trabajo es proteger a los trabajadores y propiciar el respeto a sus derechos, no amenazarlos.
“Convertir esta manifestación libre y respetuosa en un apoyo a la conducta delictiva o criminales, es un despropósito y manda un mensaje muy malo a los trabajadores”, apuntó Sáenz.
Por su parte, David Morales, jefe jurídico de Justicia Transicional de Cristosal, expresó que en la actualidad hay políticos y gobernantes que sueñan con derogar los derechos humanos, algo que considera está fuera de lugar a estas alturas de la historia.
"Los gobernantes y los políticos que negaban los derechos humanos son los que provocaron la gran tragedia del siglo XX que llegó a extremos tales como la masacre de El Mozote y sitios aledaños en 1981. Debemos de rechazar este tipo de planteamientos, los derechos humanos son universales", planteó Morales.