Carlos Manuel Rivera, tiene 31 años y es instructor de tapicería y mantenimiento, en el Taller de Formación, Reparación y Mantenimiento de Sillas de Ruedas "Amilcar Durán"; una iniciativa de la Fundación Red de Sobrevivientes y Personas con Discapacidad, que surgió a partir de la pandemia, en el año 2020.
Carlos, junto a Julio César, de 64 años de edad, tienen a su cargo a 18 jóvenes con discapacidad quienes se especializan, además, en soldadura y pintura.
"La jornada inicia a las 8:00 de la mañana y estamos acá hasta las 3:00 de la tarde, hay un grupo que está en tapicería y mantenimiento mientras el otro grupo se ocupa en los otros dos talleres", explica Carlos.
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Bajo la supervisión y las indicaciones de los instructores, los estudiantes, algunos con discapacidad física o discapacidad intelectual leve, ponen en práctica lo aprendido de manera teórica.

"Acá se prioriza la práctica", añade Carlos, un joven diagnosticado con una Espondilitis anquilosante, que le ha provocado una calcificación desde la columna baja hasta el fémur, lo cual no lo limita para perseguir sus deseos de superación.
Las clases en el taller son semipresenciales, los jóvenes llegan al Hogar de Parálisis Cerebral Roberto Callejas Montalvo, instalaciones donde se desarrolla la práctica, dos veces por semana; la parte teórica la reciben de manera remota.
Carlos explica que se tienen grupos de WhatsApp donde como instructores envían a los jóvenes los contenidos que deben repasar durante la semana.
Esta modalidad le ha permitido a la Red, a través de los cooperantes, poder ofrecerles el transporte para que puedan asistir a sus prácticas, así como darles alimentación, y las herramientas e insumos necesarios.
Los usuarios provienen principalmente de familias de limitados recursos económicos que residen en los departamentos de La Libertad y San Salvador.
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"Por cada módulo o taller de formación tenemos objetivos. Antes de iniciar se formulan proyectos finales que tienen que sacar en cuanto al área de tapicería en lo que respecta a silla de ruedas, pero también otros proyectos, ahorita por ejemplo, se están sacando sillas de comedor que necesitan tapicería sobre madera", añade Carlos.

Asimismo explica que sobre cada proyecto que se debe ejecutar se empieza por enseñar a los jóvenes el uso de las máquinas, los cuidados que deben tener y aspectos básicos de mantenimiento, de tal manera que puedan solventar diferentes situaciones que podrían presentarse durante la práctica.
De esta manera, los jóvenes empiezan a elaborar trabajos con moldes sencillos como monederos con zipper, entre otros, para luego ir avanzando con cosas más complejas como los cojines o los respaldos de las sillas de ruedas.
Carlos es parte de las primeras promociones de este Taller, y se ha capacitado en los cuatro oficios.
"Ha sido un proceso un poquito largo (...) entré un poco temeroso de si uno rinde o no rinde en aspectos tan físicos como lo es un taller de mecánica. Yo fui parte de la primera promoción y de a poquito, primero fui alumno, después fui apoyo del instructor y ahora me han dado la oportunidad también de instruir a otras personas", relata
En el grupo de estudiantes, Carlos es una motivación para tratar de dar lo mejor, su empatía y deseo de contribuir a la superación de sus alumnos es envolvente.
No obstante explica que uno de los retos más grandes que ha tenido como instructor es "cambiar la mentalidad" de algunos usuarios y lograr que ellos "se empoderen de sus capacidades, después de que los han mantenido quietos o que les han dicho que no pueden hacerlo".
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“Quiero emprender mi propio negocio”
Para Ashly Vides, de 18 años, asistir al Taller es una oportunidad que considera "bien importante".
Ella llega desde Colón, en el departamento de La Libertad, y su meta es independizarse y crear su propio emprendimiento.

La joven se desplaza en silla de ruedas tras una lesión en la médula, producto de una Paraparesia Espástica por la que fue operada hace un año.
Por su parte, Joaquín Morales, de 26 años, también comparte el mismo ideal, poder independizarse y establecer su propio negocio. Ambos forman parte de la quinta promoción del Taller de Sillas de Ruedas de la Fundación.
Los jóvenes, ambos residentes del distrito de Colón, coinciden en calificar esta oportunidad de formación como "un tesoro" que les permitirá mejorar su condición de vida y lograr independizarse.
Su meta es, al finalizar su formación, poder tener la maquinaria y herramientas de trabajo en su casa para echar andar sus proyectos.
Cooperantes como pieza clave
Mario Díaz, gerente de operaciones de la Fundación explica que el Taller nació gracias a la cooperación sueca a través de la cual se compró los equipos y maquinaria necesarios que permitieran dar una oportunidad a jóvenes con discapacidad para que puedan aprender un oficio el cual a su vez les permita activarse laboralmente.
Inicialmente este proyecto, explica, Díaz nace como motivación para apoyar a personas sobrevivientes de la violencia armada en el país, no obstante en 2020 y 2021, y por iniciativa del director ejecutivo anterior Amilcar Durán, quien falleció a causa del Covid-19, se empezó a establecer una nueva modalidad la cual permite atender de manera integral a jóvenes con discapacidad.
Este año se atiende a la quinta promoción, y se proyecta que en un futuro este pueda convertirse en una pequeña fábrica que permita resolver las necesidades de equipos de movilidad para personas con discapacidad.
"A pesar de que iniciamos solo con la cooperación sueca, en el camino se han venido uniendo otros donantes importantes. Entre ellos la Cooperación del Gran Ducado de Luxemburgo que nos llevó incluso a Guatemala a una fábrica a aprender técnicas especializadas para fabricar sillas de ruedas", manifiesta Díaz.
Asimismo resalta el apoyo de la Fundación Gloria de Kriete, con quien se ganó un premio el cual les permitió obtener equipamiento complementario. "En la actualidad el donante es EducAid, que tiene que ver con la cooperación italiana, y que desde hace dos años están apoyando esta iniciativa", explica Díaz.
Marta Celina Hernández, directora ejecutiva de la Red, resalta el apoyo de estas entidades, pero "siempre estamos buscando más recursos, personas, donantes que quieran unirse a esta causa", acota.
"Invitamos a la empresa privada o donantes particulares para que puedan también ayudarnos a que esto siga adelante, porque mantener un taller de este tipo no es barato. Damos apoyo tanto para traer a los jóvenes, darles alimentación, el aprendizaje, los instructores, que son los que están a cargo de estas actividades y eso pues de alguna manera genera un costo que la fundación no tiene la capacidad de asumir al 100%", manifiesta.
Para los representantes de la Red, el objetivo del Taller es que los jóvenes aprendan un oficio y que aprendan a manejar un negocio o estén capacitados para un empleo formal que les permita generar ingresos.
A la fecha se han graduado cuatro promociones con grupos entre 12 y 15 jóvenes. Tras finalizar la formación la Fundación adquiere el compromiso de buscarles una oportunidad laboral o de apoyar las iniciativas de negocio que emprendan.
Cada taller tiene un periodo de seis meses. Para formar parte se hace una selección en la cual se evalúa principalmente que el aspirante sea una persona con discapacidad y que resida en las zonas de intervención de su cooperante actual, entre estos los departamentos de La Libertad y San Salvador.
La directora ejecutiva de la Red resalta que no solo se desarrolla la parte de formación en los jóvenes sino también se trabajan habilidades blandas y en casos particulares también se da atención a las familias.
"Todos (los jóvenes) nos han respondido muy bien. Realmente no tenemos interrupciones, el grupo se mantiene, y quisiéramos más", sostiene.
Para ello, añade Hernández, lo ideal es trabajar de tal manera que se pueda tener un padrino para cada participante. "Quisiéramos conseguir 15-18 donantes, no pedimos mucho, pero que nos garantice que el taller va a seguir funcionando, y así poder darles empleo a los jóvenes en el mismo taller para que esto pueda ir creciendo", sostiene.
Más información
Si desea comunicarse con la Fundación Red de Sobrevivientes y Personas con Discapacidad puede hacerlo llamando al número 2260 6781; al correo mdias@reddesobreviventes.org o direcciónejecutiva@reddesobreviventes.org. y a través de redes sociales como Fundación Red de Sobrevivientes