Con los primeros rayos del sol y a bordo de un pickup 4x4, Francisco Pineda llega al parque central de San Isidro, Cabañas. Su vestimenta refleja lo duro de la jornada de este día: de pantalón de lona, camisa manga larga, botas de cuero y bajo un castaño sombrero café, este hombre explica lo extenso de los territorios a visitar. Los conoce como la palma de su mano, durante años los ha recorrido como uno de los principales guardianes del oro que se encuentra en la localidad.
Su labor como líder de la Asociación Comité Ambientalista de Cabañas le permitió en el año 2011 ser uno de los 5 galardonados a nivel mundial con el premio Goldman. Este reconocimiento fue entregado por su labor de defensa del municipio contra los proyectos de la empresa Pacific Rim, hoy Oceana Gold, quienes empezaron a realizar exploración minera en la zona en el año 2002.
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Francisco rememora experiencias, identifica zonas que serían afectadas por la explotación minera y conversa con personas que son voces autorizadas de la localidad. Ya en el río Titihuapa, uno de los lugares que se verían afectados, comenta que lo primero seria la zona boscosa y luego, por gravedad, los ríos.
"Según el estudio que presentó la empresa Pacific Rim para el permiso de explotación, es un área de 45 kilómetros cuadrados a los que quiere extraerle el oro, pero el municipio tiene 78 y vivimos 7 mil habitantes", comenta.
Cuando Francisco habla de la percepción de la población del municipio con respecto a la minería, sostiene que "la mayoría de gente no quiere la minería, pero sí la domina el miedo, el presidente (Bukele) por su forma de ser ha creado miedo y terror a la población y no da espacio para que se pueda expresar lo que se siente".
Pineda dice que, según el estudio, en San Isidro hay un gramo de oro por tonelada de roca, entonces "aquí la ganancia no es por la concentración de oro sino por las leyes débiles que existen y la mano de obra barata", agrega.
Después de conducir casi todo el día, Francisco vuelve a estacionarse en el parque al que llegó con el sol de la mañana. A pesar del desolador panorama ambiental no pierde la sonrisa, se despide con un apretón de mano mientras dice, "así empezamos la vez pasada, con unos pocos y mire todo lo que logramos", finaliza, como quien le hace un guiño a la esperanza.
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