Aproximadamente 500 familias y más de 1,500 personas de los cantones El Limón, El Icaco, La Narváez, La Cañada y El Botoncillo 2 de Puerto Parada, Usulután, fueron afectados nuevamente por el desbordamiento del río Grande debido al colapso de una borda de 100 metros e inundara las viviendas y terrenos de la zona, un problema que aumenta con el paso de los años.
Según Luis Moraga, habitante del cantón El Icaco, el colapso de la borda sucedió la madrugada del lunes 1 de julio, y por la mañana de ese día se empezaron a inundar las viviendas y terrenos.
Moraga argumenta que la borda de tierra fue construida hace más de 30 años por antiguos dueños de terrenos aledaños. Eran ellos quienes daban el mantenimiento a las bordas, pero cuando se fueron, quedaron abandonadas “Durante años hemos avisado de este problema y nunca nos han hecho caso” lamenta Luis, quien espera que, con el colapso de esta borda, el Estado intervenga el tramo afectado.
Caminar por las calles de tierra de los cantones en verano es “precioso”, cuenta Moraga. Pero, en invierno, sufren el mismo problema de inundaciones desde hace décadas, afirma.
“En invierno acá nadie sale a trabajar porque: se nos inundan las casas, se inundan los terrenos y tampoco podemos salir a otro lado a trabajar porque o evacuamos o cuidamos lo poco que nos queda” lamenta.
La mayoría de familias de los cinco cantones afectados evacuaron, esta vez, a caseríos aledaños donde tienen a un familiar o amigo que les brinden un lugar para estar mientras disminuye el nivel del agua. Para que el nivel del agua disminuya o se disipe totalmente de las casas y terrenos donde cultivan pasan meses o incluso que culmine el invierno, asegura Moraga.
Muchos de los habitantes del cantón La Cañada y El Limón regresan por lapsos cortos a sus hogares a verificar que sus pertenencias estén en el lugar. Algunos llegan a saber si su ganado continúa con vida. Durante un recorrido realizado por El Diario de Hoy el miércoles 3 de abril del presente año se observaron mayor número de militares por los cantones que de cuerpos de socorro en el lugar.
La ausencia de cuerpos de socorro, no esta ocasión, se debe a que la mayoría de familias evacuaron, pero no a un albergue. Si no, se fueron a un cantón aledaño para no estar lejos de su hogar, según lugareños.
Además, el 90% de las casas construidas de ladrillo, madera, palmas secas o láminas se encontraban inundadas. Antes de evacuar, las familias colgaron del techo pertenencias como camas, refrigeradores, cocinas y demás bienes para evitar que se arruinen.
Muchas mascotas no pudieron irse con sus dueños por la complejidad de la situación. Algunos perros nadaban hasta un lugar alto donde protegerse del agua, otros se subían a bases de cemento donde la inundación no les alcanzara.