El izquierdista Yamandú Orsi, delfín del exmandatario José "Pepe" Mujica, y el oficialista de centroderecha Álvaro Delgado, se medirán en un balotaje para definir al próximo presidente de Uruguay, según proyecciones de escrutinio divulgadas este domingo en televisoras.
Orsi recoge 43,2% de los votos y Delgado 28%, de acuerdo con Canal 10 en base a datos de Equipos Consultores. Para Canal 12, que citó a la encuestadora Cifra, Orsi cosecha 44% de los sufragios, contra 27% para Delgado.
Dado que ninguno de los candidatos supera el 50% de los votos, habrá una segunda vuelta el 24 de noviembre, un resultado anticipado por los sondeos previos.
Orsi, un profesor de historia de 57 años, lideraba la intención de voto, con 41-47%. Delgado, un veterinario de 55 años, recogía 20-25% de adhesiones.
Orsi y Delgado superaron a otros nueve candidatos que aspiraban a suceder al presidente Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional que lidera la coalición de gobierno. El mandatario tiene 50% de aprobación pero la Constitución le impide otro mandato consecutivo.
Al votar en Canelones, el departamento que gobernó por casi 10 años, el izquierdista Orsi destacó la "salud democrática" de Uruguay.
"La ventaja que tengo es que estuve cuatro años como secretario de la Presidencia (de Lacalle Pou). No tengo que hacer pretemporada", declaró de su lado Delgado.
"Hoy empieza a cambiar el gobierno de alguna manera", dijo Lacalle Pou tras sufragar. Prometió una transición "ordenada" y no respondió si asumirá la banca al Senado a la que se postula.
La jornada electoral transcurrió en calma.
El tercero en la carrera, con 15-16%, era el mediático abogado de 40 años Andrés Ojeda.
El aspirante del Partido Colorado, que también integra la coalición del gobierno, cobró impulso con su forma poco convencional de hacer política, por la que se compara con el presidente argentino, Javier Milei.
Las proyecciones de escrutinio le otorgaron un 15,5-16%, en línea con las encuestas de intención de voto.
¿El "último voto" de Mujica?
La seguridad pública encabeza la preocupación de la gente en este país de 3,4 millones de habitantes, eminentemente agropecuario, con alto ingreso per cápita y bajos niveles de pobreza y desigualdad con respecto a la región, pero aquejado por un aumento de la violencia relacionada con las drogas.
"Que (el próximo presidente) le ponga un poco más de empeño a la seguridad, no estamos tan mal, pero podemos estar mejor", dijo a la AFP Juan Sunino, un comerciante de 65 años.
La coalición oficialista, que incluye también a Cabildo Abierto (derecha, 2-4% en los sondeos) y al Partido Independiente (centroizquierda, 1-3%), ya anunció este domingo un "festejo de la democracia" en el que se mostrará unida.
El Frente Amplio convocó a "celebrar la esperanza" en otro acto en Montevideo.
Orsi confía en regresar a la izquierda al sillón presidencial que perdió en 2020 tras gobernar durante tres periodos consecutivos, uno de ellos bajo Mujica (2010-2015).
El exguerrillero de 89 años, que se recupera de problemas derivados de un cáncer de esófago, votó apenas abrieron los circuitos.
"Capaz que es mi último voto", dijo, en silla de ruedas y rodeado de cámaras de televisión.
"Dos bloques muy parejos"
Más de 2,7 millones de uruguayos estaban habilitados para eligir el nuevo presidente y renovar el Parlamento bicameral.
Además, se pronunciaron sobre dos plebiscitos.
El más polémico, impulsado por la central sindical única Pit-CNT con apoyo de sectores frenteamplistas, propone reducir la edad mínima de jubilación de 65 a 60 años y prohibir los planes de pensiones privados.
Los tres principales candidatos presidenciales han dicho que no lo votarán.
El otro plebiscito, promovido por el oficialismo y rechazado por la oposición, busca habilitar allanamientos policiales nocturnos en los hogares.
El politólogo Adolfo Garcé, que había pronosticado el balotaje entre Orsi y Delgado, señaló que la elección tiene "dos bloques muy parejos".
"No creemos que se apruebe" el plebiscito sobre la seguridad social, añadió, pero si ocurre "podría generar un panorama muy complicado".
Según el Pit-CNT esa enmienda constitucional costaría 460 millones de dólares al año pero los detractores calculan más del doble. Analistas advierten que podría dañar las finanzas de un país que aún se recupera de la pandemia y de una sequía récord en 2023, y que debe disminuir el déficit fiscal (-4,4% del PIB en agosto).
El sufragio es secreto y obligatorio. La Corte Electoral podría tener datos indicativos de los resultados finales sobre las 22H00 (01H00 GMT del lunes).