Los bombardeos rusos dañaron "casi la mitad" de la red energética ucraniana desde octubre y dejaron sin luz a muchas ciudades del país coincidiendo con la llegada del invierno.
"Casi la mitad de nuestro sistema energético quedó fuera de servicio", declaró este viernes el primer ministro ucraniano, Denys Chmygal, en una conferencia de prensa en Kiev junto al vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Para enfrentar esta situación, Chmygal pidió "un apoyo adicional" de la Unión Europea (UE) para "la compra de volúmenes adicionales de gas".
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Rusia bombardea las infraestructuras energéticas de Ucrania desde octubre y el Ministerio ruso de Defensa aseguró que todos los objetivos, tanto militares como energéticos, habían sido destruidos.
Los últimos ataques se produjeron el jueves y coincidieron con las primeras nevadas. Las autoridades advirtieron de días "difíciles" por delante y el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, indicó que más de diez millones de usuarios estaban sin electricidad.
"Asesinato deliberado"
Rusia acusó el viernes a Ucrania de cometer un "crimen de guerra" después de que en las redes sociales se publicaran videos de supuestas ejecuciones de militares rusos por soldados ucranianos.
"Nadie podrá presentar el asesinato deliberado y metódico de más de 10 soldados rusos inmovilizados (...), con disparos directos a la cabeza, como una 'trágica excepción'", declaró el Ministerio ruso de Defensa en un comunicado.
A finales de la tarde, Ucrania no había reaccionado aún a esas acusaciones.
Kiev afirmó en repetidas ocasiones que el ejército ruso cometió "crímenes de guerra" y "atrocidades" durante la ocupación de una parte de la región de la capital en marzo y de las regiones de Járkov (noreste) y Jersón (sur), recientemente liberadas.
El encargado ucraniano de asuntos de derechos humanos en el Parlamento, Dmytro Lubynets, señaló el jueves que la "magnitud" de los casos de tortura en Jersón era "horrible".
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La ciudad, capital de la región homónima, fue reconquista hace una semana por las tropas ucranianas, que lanzaron una contraofensiva a finales de verano.
"Los rusos no sólo mataron, minaron, sino que también robaron en nuestras ciudades", declaró el subjefe de la presidencia ucraniana, Kyrylo Tymoshenko.
Fortificar la península de Crimea
La región de Jersón constituye una puerta de entrada a la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
La retirada de los militares rusos permitió a las fuerzas de Kiev acercar sus efectivos a este territorio, blanco de varios ataques en los últimos meses.
Rusia anunció el viernes que estaba llevando a cabo "trabajos de fortificación" para "garantizar la seguridad de los crimeos".
La seguridad de Crimea pasa "principalmente por medidas que deben aplicarse en el territorio de la región de Jersón", declaró Serguéi Aksionov, el gobernador impuesto por Moscú.
La empresa ucraniana de ferrocarriles anunció la próxima reapertura de la línea de tren entre Kiev y Jersón.
Por el momento es una medida más que simbólica, ya que aún no se han puesto a la venta los billetes para los próximos días.
"De momento será un solo tren. Luego veremos si se convierte en una línea regular", dijo a la AFP una portavoz de la compañía de ferrocarriles.
En el terreno, el ejército ruso afirmó haber conquistado la ciudad de Opytne, en la región de Donetsk, en el este de Ucrania.
En Polonia, expertos ucranianos trabajan en el lugar donde cayó el martes un misil, matando a dos personas, informó en Twitter el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba.
Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de la explosión y Polonia considera "altamente probable" que el misil fuese disparado por la defensa antiaérea ucraniana, durante una ola de bombardeos rusos.