Donald Trump se prepara para ser arrestado el martes y vivir lo que ningún otro expresidente de Estados Unidos: que le tomen las huellas dactilares y le hagan la foto para la ficha policial. Pero él, fiel a sí mismo, "luchará" contra los cargos en su camino a las presidenciales de 2024.
Un gran jurado de Nueva York acusó a Trump de cargos penales por el caso de soborno sobre el pago por 130,000 dólares en efectivo a una actriz porno para comprar su silencio durante la campaña presidencial de 2016.
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El expresidente niega haber quebrantado la ley y acusa al fiscal de distrito de Manhattan que presentó los cargos, el demócrata Alvin Bragg, de emprender una "caza de brujas política".
El objetivo, según él, es impedir que el Partido Republicano le nomine como candidato a la Casa Blanca en un momento en el que es el claro favorito aunque parece haber perdido la capacidad de movilización y el lustre de antaño.
Según sus abogados, el expresidente, que se encuentra en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, se entregará el martes a las autoridades de Nueva York para enfrentarse a los cargos, que se mantienen en secreto.
"El presidente no será esposado", dijo Joe Tacopina, uno de los letrados, que teme no obstante que sus adversarios se deleiten "haciéndole desfilar".
Trump se declarará no culpable y hay "cero" posibilidades de que acepte un acuerdo de culpabilidad, adelantó Tacopina."Eso no va a suceder. No hay delito".
La inculpación el jueves dejó a Trump "conmocionado", dijo su abogado, pero ahora está "dispuesto a luchar".
El propio Trump predijo hace días su inculpación y convocó protestas advirtiendo que podrían desembocar en "muerte y destrucción potencial" en el país.
Por de pronto se ha reforzado la seguridad en el juzgado del centro de Manhattan donde se espera que Trump sea procesado.
'Vergonzoso'
"¡Solo presentaron este cargo falso, corrupto y vergonzoso contra mí porque apoyo al pueblo estadounidense y saben que no puedo tener un juicio justo en Nueva York!", escribió Trump en su plataforma de redes sociales Truth Social.
Trump sabe que es un superviviente político nato. Ha superado dos juicios políticos mientras estuvo en la Casa Blanca y parece esquivar otras causas en las que se ve involucrado, como el ataque al Congreso por parte de un turba de simpatizantes en enero de 2021, la desaparición de archivos de la Casa Blanca o las supuestas presiones a un funcionario del estado de Georgia durante las elecciones de 2020.
De la maraña de casos que le persigue fue finalmente el escándalo sexual con la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, de 44 años, el que acabó pasándole factura.
Su partido, sobre el que nunca ha dejado tener influencia, parece solidarizarse con él.
Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes, estimó que la imputación ha "dañado irreparablemente" al país y su exvicepresidente y posible contrincante para 2024, Mike Pence, lo tachó de "ultraje" que "dividirá aún más" a Estados Unidos.
Es "antiestadounidense", dijo por su parte el gobernador de Florida, Ron DeSantis, otro posible rival.
El presidente del país, el demócrata Joe Biden, que lo derrotó en las urnas en 2020, optó por la cautela: "No tengo ningún comentario sobre Trump", dijo. Pero la expresidenta de Cámara de Representantes Nancy Pelosi recordó que "nadie está por encima de la ley".
Impacto para 2024
El exabogado de Trump Michael Cohen declaró en 2019 que hizo el pago a Daniels en nombre de Trump para ocultar una relación extramatrimonial de 2006 y que más tarde le devolvieron el dinero.
El gran jurado de Nueva York tenía que pronunciarse sobre si considera que este encubrimiento estaba destinado a beneficiar su campaña. Tras la deliberación decidió inculparlo.
Una imputación como esta podría arruinar cualquier carrera y desmoralizar a cualquier otro político, pero en el caso de Trump los efectos son impredecibles y no está nada claro que vaya a perjudicarle.
Incluso sus detractores temen que si sale absuelto esto afecte a otras acusaciones en temas más serios, como su presunto papel en el intento de anular los resultados de las elecciones en el estado de Georgia, donde Biden obtuvo entonces una corta mayoría, o los disturbios del 6 de enero en el Capitolio.
Además es probable que los cargos penales contra él dinamicen su campaña reforzando su base para las primarias republicanas.