¡Menos de 10 días! Ha sido el tiempo necesario para que una coalición rebelde, compuesta de yidahistas del Grupo Hayat Tahrir Al-Sham (HTS), contando con disidentes de la fracción siria de AlQaeda, que enfrentó el régimen de Bashar Al Assad desde 2010, y rebeldes del Ejército Nacional sirio apoyado por Turquía, entraran en la capital Damasco, este domingo 8 de diciembre.
Así se consolidó la caída definitiva del régimen de Bashar Al Assad, en el poder desde 17 de julio de 2000 y quien sucedió a su padre, Hafez Al Assad, quien fue presidente de Siria de 1971 hasta su muerte en 2000.
Este último estableció un régimen autoritario alrededor del partido único "Baas".
Las "primaveras árabes de 2011", que provocaron cambios de gobierno en Túnez y Egipto, encendieron tensiones y un periodo de conflictos internos en Siria.
A partir de esta fecha, el régimen alauita de Al Assad tuvo que enfrentar nueva rebelión kurda, tanto como de movimientos yidahistas.
Las alianzas regionales provocaron una situación que se volvió guerra civil: cuando Bachar Al Assad podía contar sobre el régimen iraní y a partir de 2015 con Rusia, Líbano y, en parte, con el Hamás establecido en la franja de Gaza.
Con la caída histórica de Bashar Al Assad, Irán ya sólo cuenta, a pocas semanas de la toma de posesión de Donald Trump, con el movimiento Ansar Allah, partisanos de Dios, más conocidos como los Hutíes en Yemen.
Se trató de un régimen que se mantuvo en el poder durante 50 años. Autoritarismo, economía dirigida, un tiempo aliada a la ex-Unión Soviética (URSS) durante la Guerra Fría, luego acercándose a Irán y recibiendo el apoyo militar de Rusia desde 2014-2015, el régimen que quiso presentarse como "moderno" en los primeros años de presidencia de Bashar Al-Assad organizó una represión interna que provocó desde los años 2010 la salida de más de 5 millones de sirios.
En 2014, Alemania aceptó recibir un millón de refugiados, otros se dispersaron en Medio Oriente, Asia Central y el sur de Europa.
Las imágenes de muchos de ellos cruzando el Mediterráneo en barcos chatarra se mantienen en nuestras memorias. El conflicto interno desde el último decenio llevó a una terrible "evaluación" de la muerte de 500.000 personas.
Bashar Al-Assad huyó de Damasco el sábado 7 de diciembre por la noche, después que Ahmad Al Chareh, alias "Abu Mohammad Al Jolani", el jefe islamista de la coalición rebelde, ganara la capital tras haber atravesado el país, llegando de Alepo y Homs en el norte.
Nacido en 1982, Jolani fue a combatir en 2003 a Irak, uniéndose con Al Qaeda en 2016. En 2011, vuelve a Siria y combate las fuerzas de Assad. Crea el Frente Al-Nosra, que volverá HTS/ Hayat Tahrir Al Sham, y rompe con la organización terrorista. Pasó estos últimos meses de un discurso fundamentalista a unas palabras más moderadas para parecer opción de unión anti-Assad. Cambió a través de los años el turbante islamista por un uniforme militar, que usaba a su entrada en Damasco. Las primeras imágenes difundidas lo representan rezando en la capital siria. Aparece como un radical pragmático pero las capitales europeas siguen considerando HTS como un movimiento terrorista.
En una de sus pocas entrevistas, explicó en 2021 que su nombre de guerra, Abu Mohammad Al Jolani, hacía referencia a la región en la cual vivió de joven, el Golán, al Jolán en árabe. Empezó a construir una forma de "leyenda" contando que su abuelo había sido desplazado en el Golán después de la guerra que vio Israel establecerse en esta región.
Aproximándose a los movimientos yidahistas después del 11 de septiembre de 2001, decidió ir a combatir en Iraq a partir de 2003, entrando en las fuerzas de Al Qaeda entonces dirigidas por Mussab Al Zarquawi. Estuvo detenido 5 años antes de regresar a Siria. Se negó a ser apodado por Abu Bakr Al Baghdadi que ha sido el Jefe del Estado Islámico (EI), acercándose al Emir de Al Qaida, Ayman Al Zawahiri. A diferencia del Estado Islámico, afirma no querer combatir a Occidente. Rompiendo con Al Qaeda, hace saber que quiere sacar los "pretextos avanzados por la comunidad internacional" en atacar su organización, HTS.
A partir de 2017, instala en los territorios que controla una administración, multiplicando gestos hacia los cristianos de Idleb controlado por él desde 2022. Construyó una credibilidad contando con una coalición que se unió en la voluntad de acabar con el régimen de Al Assad. Sus aliados externos ven varias ventajas en su éxito:
--Turquía quisiera que regresaran a Siria los 3 millones de refugiados y obviamente ver una fuerza de control sobre los territorios controlados en Siria por los kurdos.
--Rusia perdió su interés por Siria mientras la guerra en Ucrania se reforzó y alimentó las tensiones internacionales.
La nueva administración estadounidense de Donald Trump no quiere para nada involucrarse en el conflicto sirio.
Irán aparece como el gran perdedor de la desaparición de Al Assad, un aliado que le permitió estar presente al lado del Hezbolá mientras el Hamás aparece muy debilitado por los combates en la franja de Gaza y la muerte de sus líderes, empezando por su jefe Ismael Haniyeh en Teherán, el 31 de julio de 2024.
Israel, en la voz de su primer ministro Benjamín Netanyahu, advirtió este domingo que no aceptará una extensión del conflicto sirio, lanzando una forma de advertencia al que aparece como el nuevo líder sirio, Abu Mohammad Al Jonali, participando de una nueva redistribución de las cartas de un juego problemático y arriesgado en el Próximo y Medio Oriente.