El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, señaló hoy tras la promesa de EEUU de enviar bombas de racimo a Ucrania, que si se materializara la integración de Ucrania en la OTAN, esto significaría una "tercera guerra mundial".
En un mensaje en su canal de Telegram, el expresidente ruso afirmó que el presidente de EEUU, Joe Biden, habiendo huido "vergonzosamente de Afganistán" y luego "arruinado la economía europea" y entregado cientos de toneladas de armas a Ucrania, "desató un conflicto prolongado extremadamente peligroso con Rusia",
"Como resultado de esto el régimen de Kiev está destruyendo los restos de su país. Ahora, después de haber agotado todos los recursos, promete bombas de racimo y vuelve a tentar a los neonazis en Kiev con la perspectiva de la OTAN, cuya realización significa una tercera guerra mundial", sostuvo.
Medvédev, recurriendo a sus habituales insultos, sostuvo que Biden hace esto para "dominar y limitar a otros países", pero también porque "es un anciano enfermo que sufre una demencia severa", que "no sabe lo que hace".
"¿O tal vez todo es diferente? Tal vez (...) simplemente decidió irse con gracia, provocando un Armagedón nuclear y llevándose a la mitad de la humanidad con él al otro mundo", concluyó su arremetida contra Biden.
Estados Unidos confirmó que enviará bombas de racimo a Ucrania pese a las críticas de Alemania y de organizaciones como Human Rights Watch (HWR), a quienes les preocupa el impacto de ese armamento sobre la población civil.
Las bombas de racimo se incluyen en un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania del que ofrecerá detalles posteriormente el Pentágono, explicó en una rueda de prensa el asesor de seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Sullivan dijo que EE.UU. retrasó esta decisión todo lo que pudo, pero explicó que las tropas ucranianas necesitan munición de artillería convencional porque la cantidad que tienen disponible ha disminuido con la contraofensiva que su Gobierno lanzó a principios de junio para recuperar las zonas ocupadas por Rusia.
Según Sullivan, Ucrania dio a EE.UU. “hace algunas semanas” un texto en el que se comprometía a que sus Fuerzas Armadas solo usarán esas bombas de racimo en el campo de batalla y no en zonas urbanas donde pueda haber daño a los civiles.
Esas promesas estaban incluidas en la petición formal que hizo el Gobierno ucraniano a Estados Unidos para solicitar la entrega de esas bombas de racimo, detalló el asesor de Seguridad Nacional.
El debate sobre la bombas racimo
El asesor de la oficina presidencial ucraniana Mijailo Podoliak defendió el jueves el suministro de bombas de racimo por parte de Estados Unidos e indicó que “los ‘activistas por los derechos humanos’ lanzan una agresiva campaña de lobby… no para expulsar a Rusia de Naciones Unidas, sino para torpedear el suministro de armas a Ucrania”.
Por su lado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó este viernes que corresponde a cada Estado miembro de la Alianza, de manera individual, decidir si entrega bombas de racimo a Ucrania.
“Corresponde a los aliados individuales tomar decisiones sobre la entrega de armas y suministros militares a Ucrania y corresponderá a los Gobiernos decidir, no a la OTAN como Alianza”, declaró el político noruego durante una rueda de prensa previa a la cumbre de líderes aliados que se celebra en Vilna la próxima semana.
Más de 100 países, entre ellos miembros de la OTAN como Francia y Alemania, se oponen al uso de bombas de racimo y han ratificado la Convención sobre Municiones en Racimo, que entró en vigor en 2010 y del que no forman parte ni Ucrania, ni Rusia, ni Estados Unidos.
Un problema a largo plazo
Las bombas de racimo consisten en un contenedor que se abre en el aire y dispersa una gran cantidad de submuniciones explosivas o “bombetas” sobre un área amplia, que puede llegar a ser de un radio de entre 200 y 400 metros.
El problema es que algunas de esas “bombetas” no llegan a explotar al hacer contacto con el suelo y quedan enterradas, de manera que pueden detonar pasados los años cuando un civil pasa por la zona.
Preguntado sobre esas preocupaciones, Sullivan dijo que las bombas que EE.UU. entregará a Ucrania tienen un tasa de no explosión -las que fallan y quedan enterradas- inferior al 2,5 %.
En contraste, las bombas de racimo que supuestamente ha usado Rusia tienen una tasa de no explosión de entre el 30 % y el 40 %, según Sullivan.