Con un traje amarillo, un sombrero a juego y un bastón, la reina Isabel II visitó sonriente la inauguración de la línea de metro que llevará su nombre en la estación de Paddington, al oeste de Londres.
La monarca británica ha tenido problemas de movilidad desde antes de las celebraciones por sus 70 años en el reinado, llevándola incluso a permanecer una noche hospitalizada para someterse a “pruebas” médicas que no se precisaron.
La reina de 96 años apareció junto con su hijo menor, Eduardo, para inaugurar la línea isabelina, que unirá los suburbios del este y el oeste de la capital a partir del 24 de mayo. Esta es la primera vez desde el 29 de marzo en la que la reina aparece fuera de la zona de Windsor.
Al acto también llegó el ministro Boris Johnson, que se declaró “increíblemente conmovido” por su presencia. Otros miembros de la familia real habían representado a la reina en otros eventos.
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Esta aparición de la reina parece buscar tranquilizar los comentarios sobre su salud, y mostrar que podrá asistir a los eventos de jubileo en el futuro.
Hace días fue sustituida también por el príncipe Carlos, su heredero de 73 años, como una muestra de la transición progresiva de las funciones monárquicas por sus problemas de salud.