Dos grúas gigantescas llegaron este jueves a Baltimore, en el este de Estados Unidos, para empezar a desescombrar la zona del puente derrumbado, pero las autoridades advierten que este importante puerto para la economía estadounidense tardará en reabrir.
El puente Francis Scott Key, utilizado cada día por decenas de miles de vehículos, se derrumbó como un castillo de naipes el martes, después de que un buque portacontenedores, chocara contra él. Como resultado, la entrada al puerto de Baltimore quedó bloqueada.
El miércoles los buzos encontraron los cadáveres de dos de los seis obreros latinoamericanos desaparecidos. Pero se interrumpió la búsqueda de los otros cuatro por ser demasiado peligroso.
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Han sido dados por muertos después de que el "Dali", un portacontenedores de 300 metros de eslora, se estrellara contra los pilones del puente debido a problemas de propulsión.
Los fallecidos formaban parte de un equipo de ocho obreros que reparaban baches en la carretera. Dos fueron rescatados poco después del colapso del puente.
Los habitantes de la zona participaron en una vigilia en un parque cercano el jueves por la mañana, informaron los medios locales.
El Ayuntamiento de Baltimore lanzó una recaudación de fondos para apoyar a las familias de las víctimas.
La reapertura del puerto es una prioridad para el gobierno.
"Estamos moviendo cielo y tierra" para que el puerto vuelva a estar operativo, dijo este jueves el asesor de la Casa Blanca, Tom Pérez.
En cuanto a la reconstrucción, "no va a llevar horas, ni días, ni semanas", advirtió Wes Moore, gobernador del estado de Maryland, donde se encuentra Baltimore. Será "un camino muy largo" para volver a la normalidad.
Maryland ha pedido al estado federal una dotación inicial de 60 millones de dólares para "esfuerzos inmediatos", añadió el gobernador.
Después de la tragedia, el presidente Joe Biden prometió que el gobierno federal cubriría el costo total de la reconstrucción del puente.