Una impresionante falla en el diseño de sus tanques utilizados por el ejército ruso para la invasión del territorio ucraniano ha convertido a dichas unidades en “féretros móviles” que están siendo destruidos en pedazos.
El secretario británico de Defensa, Ben Wallace, señaló que al menos 530 tanques rusos han sido destruidos o capturados. Mientras el ejército ucraniano sostiene que el total asciende a los 900 tanques destruidos.
Todo se debe al llamado “efecto caja”, consiste en un error con la forma en la que fueron diseñados los tanques, incluido el T-72, uno de los más usados en la guerra, que guardan y cargan la munición.
Los tanques de países occidentales tienen la capacidad de almacenar hasta 40 cartuchos en un carrusel, ubicado en la base de la torreta. Debido a la posición en la que llevan las municiones, son vistos como una “bomba de tiempo”.
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Algunos expertos han señalado que el impacto directo puede provocar una reacción en cadena, activando toda la munición, a su vez generando un estallido capaz de “decapitar” los tanques.
“Para una tripulación rusa, si el compartimento de almacenamiento de munición es alcanzado, todo el mundo está muerto”, sostuvo Robert E. Hamilton, profesor de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, en declaraciones a The Washington Post.
Según el experto, la explosión podría hacer “vaporizar instantáneamente” a la tripulación, y añadió “Todos esos cartuchos –alrededor de 40, dependiendo de si llevan una carga completa o no– se van a cocer y todos van a estar muertos”.
Generalmente estos tanques llevan consigo un conductor y un miembro de la tripulación, dejándolos en una posición de “blancos fáciles”, señaló Nicholas Drummond, un analista de la industria de defensa y exoficial del ejército británico, citado por el Daily Mail. “Si no sales en el primer segundo, estás frito”, concluyó.