Las manifestaciones contra la presidenta Dina Boluarte y por nuevas elecciones persistieron el domingo en Perú donde se honró a los muertos en las protestas, el gobierno declaró el estado de emergencia en más regiones.
El gobierno de Boluarte amplió el estado de emergencia por 30 días en Lima, Cusco, Callao y Puno para frenar las protestas, autorizando a los militares a intervenir junto a la policía para resguardar el orden público.
Mientras el Gobierno extendió también el toque de queda en Puno, epicentro de las protestas. La medida regirá por los próximos diez días, desde las 20H00 a las 04H00 horas.
La decisión se produce cuando se convocaron movilizaciones desde el sur de Perú hacia Lima a partir del lunes; una acción que las autoridades califican de "asonada" contra Boluarte.
Precisamente este domingo se mantenían 99 tramos de carreteras bloqueados por manifestantes en 10 de las 25 regiones peruanas que piden la dimisión de Boluarte, quien asumió la presidencia el 7 de diciembre pasado después de que el Congreso destituyera a Pedro Castillo tras su golpe de Estado fallido.
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Tras las protestas, que dejan al menos 42 muertos en cinco semanas, según la Defensoría del Pueblo, se reanudaron el 4 de enero después de una tregua por las fiestas de fin de año. Entre las regiones con vías bloqueadas se encontraban Puno, Arequipa y Cusco (sur), informó la Superintendencia de Transporte Terrestre, que añadió que nunca se habían registrado tantos cortes en la actual crisis.
Otros puntos como Arequipa, decenas de pobladores bloqueaban la carretera Panamericana Sur que llega hasta la región de Tacna, fronteriza con Chile.
Durante la noche del sábado decenas de manifestantes llegaron al distrito de Miraflores, en Lima, tras partir desde la céntrica plaza San Martín. En Cusco, el servicio de trenes a la ciudadela inca de Machu Picchu se reanudó el domingo tras dos días de paralización por las protestas.
Misa por fallecidos
Con fotografías colocadas en el atrio de la catedral de Lima, la mañana del domingo se realizó una misa para recordar a las víctimas fallecidas durante las protestas.
"Queremos dedicar esta misa a nuestros fallecidos por mano humana en estos días. Todos ellos son nuestros difuntos, no hay muerto ajeno. Todos somos peruanos", dijo el arzobispo de Lima, Carlos Castillo. El religioso nombró a cada una de las víctimas civiles y al policía que fue quemado vivo en la ciudad de Juliaca, fronteriza con Bolivia.
Decenas de personas asistieron a la misa oficiada en español y quechua (idioma originario de los andes peruanos) en la Basílica Catedral de Lima.
Las víctimas "son personas inocentes que murieron porque exigían igualdad. Hay demasiada corrupción. Los grandes hacen lo que quieren e ignoran a los pobres", afirmó a la AFP Benito Soto, vidriero de Huancavelica, localidad del sur del país, uno de los regiones más afectadas por los disturbios.