Los panameños votaron este domingo para elegir presidente en unos comicios marcados por la influencia del exmandatario Ricardo Martinelli, condenado por lavado de dinero y cuyo delfín, paradójicamente, es favorito para gobernar un país agobiado por la corrupción.
Heredando la popularidad de Martinelli, el abogado derechista de 64 años, José Raúl Mulino, figuró en los sondeos doblando los apoyos de sus tres rivales inmediatos.
El expresidente socialdemócrata Martín Torrijos, el excanciller Rómulo Roux y el excónsul Ricardo Lombana, de centroderecha, buscaron el voto anti-Martinelli.
Desastre climático deja al menos 39 muertes en Brasil mientras el agua avanza
Tras nueve horas de votación, con nutrida afluencia de electores, las urnas cerraron a las 16H00 locales (21H00 GMT), y empezó el escrutinio de votos. "Hago un llamado a todos para que con paciencia, prudencia y responsabilidad aceptemos los resultados de estas elecciones", dijo el presidente del Tribunal Electoral, Alfredo Juncá.
De carácter fuerte y cabello cano, Mulino relevó a Martinelli como candidato del partido Realizando Metas (RM, siglas del expresidente), luego de que éste fuera inhabilitado como candidato tras confirmarse una condena en su contra de casi 11 años.
Mulino votó temprano, en un enjambre de periodistas, y luego visitó a Martinelli en la embajada de Nicaragua donde se asiló en febrero para evitar la prisión. "¡Hermano!" y "¡Vamos a ganar!", se dijeron cuando se abrazaron en un salón de la embajada, según un video que publicó Martinelli en la red social X.
Un punto que mantiene en vilo al país, la justicia avaló, a solo dos días de la votación, la candidatura de Mulino, que había sido impugnada por no haber pasado por primarias ni tener vicepresidente en la nómina.
Además de elegir gobernante para cinco años en comicios a una sola vuelta y por mayoría simple, 3 millones de los 4,4 millones de panameños fueron llamados a escoger 71 diputados y los gobiernos locales.
Rusia emite orden de búsqueda y captura contra el presidente Zelenski
Hartos de la corrupción
Panamá, un país sin partidos de izquierda, los candidatos hicieron promesas similares: empleos a granel, dinamismo económico y reformas anticorrupción. “Panamá tiene que cambiar, hay demasiada corrupción. Estamos cansados", afirmó Jennifer Navarro, maestra de 50 años.
No obstante el presidente Laurentino Cortizo, del mayoritario Partido Revolucionario Democrático (PRD, socialdemócrata), sale abucheado por el escandaloso pago de jugosas becas a políticos y sus familiares. El candidato oficialista, José Gabriel Carrizo, figuró siempre muy abajo en las encuestas.
Sin embargo, Martinelli, imputado también por espionaje telefónico y sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, goza de popularidad por el auge económico que vivió el país en su gobierno (2009-2014), impulsado por grandes obras de infraestructura. “Panamá avanzó. Quien no lo acepte es muy sinvergüenza", dijo a AFP Alberto Cedeño, empleado de la zona libre de Colón, de 41 años.