Por tercer día seguido, las autoridades neerlandesas continúan este viernes tratando de apagar un incendio en un carguero con cientos de autos eléctricos a bordo, para evitar una posible catástrofe ecológica frente a sus costas.
La compañía de transporte K Line, que fletaba el "Fremantle Highway", informó el viernes que a bordo se encontraban 3.783 coches nuevos, de los cuales 498 son eléctricos.
La causa del incendio aún no se hizo pública. Según el dueño del navío, el grupo japonés Shoei Kisen Kaisha, citado por la una radio neerlandesa (NOS), uno de los 25 autos eléctricos que transportaba el carguero podría haber provocado el fuego, que comenzó el miércoles a la madrugada.
La televisión privada RTL Nederland publicó el jueves una grabación de una conversación por radio de los equipos de rescate, que data del inicio de las operaciones de socorro el miércoles, en el que uno de sus miembros indica que el incendio se declaró "en la batería de un coche eléctrico".
El buque accidentado, que ahora se encuentra a 17 kilómetros al norte de la isla de Terschelling, sigue conectado a un remolcador con el fin de mantener su posición, dijeron los guardacostas el viernes en un comunicado.
Otras cuatro lanchas de rescate también se encuentran en el lugar y un avión de las autoridades sobrevuela la zona para tomar imágenes.
Aunque el fuego perdió intensidad, las operaciones destinadas a extinguirlo se suspendieron para evitar que el buque se hunda, afirmaron el día anterior las autoridades.
El "Fremantle Highway", con bandera panameña, se dirigía hacia el oeste, pero el jueves por la tarde los rescatistas aprovecharon un cambio en la dirección de la corriente para modificar su trayectoria y evitar que se acerque a los canales de navegación, según los guardacostas.
La nave en llamas, cuya tripulación es de India según la agencia de noticias holandesa ANP, es un carguero de 18.500 toneladas que partió del puerto alemán de Bremerhaven para llegar a Port Said, en Egipto, antes de retomar la ruta hacia Singapur, su destino final.